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MARCO MENÉNDEZ
GIJÓN.
Miércoles, 2 de mayo 2018, 00:43
La campaña de pesca de la sardina ibérica comenzó ayer con una importante rebaja en la cuota máxima de capturas. Si el año pasado se pudieron pescar 17.000 toneladas, esta costera se ha reducido a 14.600, un descenso del 14,1%. Pero hay que tener en cuenta que no todo será para la flota española, pues es una cuota compartida con Portugal. A los barcos lusos les corresponde el 66,5% del total, mientras a los españoles, el 33,5% restante.
Hasta el 31 de julio, solo se podrá pescar la mitad de la cantidad total acordada (7.300 toneladas) y a España le corresponden 2.445. A partir de esa fecha se decidirá si continúa la campaña, en función del resultado de las campañas científicas de primavera. Pero esas 2.445 toneladas no son para la flota del Cantábrico. Según el reparto aprobado por la Secretaría General de Pesca, los buques de artes menores que utilicen el arte de xeito, casi todos gallegos, dispondrán de 63 toneladas. Otras 953 corresponden a los cerqueros del Golfo de Cádiz y las restantes 1.429, para las flotas censadas en el Cantábrico Noroeste, tanto de cerco como aquellas que usen artes altamente selectivas como el racú y la piobardeira.
Durante este primer mes de campaña, se ha establecido un máximo de captura de mil kilos semanales por buque, si bien el total de la flota no podrá pasar de 286 toneladas. Del 1 de junio al 31 de julio, la cuota es de 6.000 kilos por buque.
Pero, ¿a qué se debe este importante recorte en las capturas? El objetivo es garantizar una explotación sostenible de los recursos pesqueros. El Consejo Internacional para la Exploración del Mar (CIEM) había propuesto una moratoria total para la pesquería de la sardina ibérica durante quince años. Según los estudios, el estado actual del stock es preocupante pues «se ha observado un acusado declive de la biomasa de reproductores que está poniendo en riesgo la viabilidad y sostenibilidad de este recurso», según la Dirección General de Recursos Pesqueros. Los análisis revelaron que la biomasa de esta especie se encuentra por debajo del 50% de la cantidad que se considera de seguridad. Por ello, España y Portugal han puesto en marcha una importante reducción en las capturas para «recuperar el nivel de biomasa hasta que se sitúe antes del final de 2023 en al menos el 80%» de la que se considera biomasa límite, establecida en 337.448 toneladas.
Para llevar un mayor control sobre las pesquería de estos barcos, se pondrá en marcha un programa de observadores científicos a bordo para lo cual la Secretaría General de Pesca podrá designar, de común acuerdo con el sector, los buques que deberán embarcar un observador de la campaña de sardina ibérica. Para proteger a los ejemplares más jóvenes, los de menos de 14 centímetros, Pesca podrá cerrar la pesquería en tiempo real para los buques de cerco en los puertos en los que se compruebe que más de 30% de las capturas desembarcadas durante una semana no alcanzan esa talla.
Según el ministerio, estas medidas han sido consultadas con los responsables de Andalucía, Galicia, Asturias, Cantabria, el País Vasco, el Instituto Español de Oceanografía y los sectores afectados.
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