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LAURA MAYORDOMO
GIJÓN.
Lunes, 23 de enero 2023, 02:38
En el caso del cáncer de cuello uterino, un cribado poblacional como el que ya está en marcha en el Área Sanitaria V, «nos permite detectar las lesiones que pueden evolucionar en un cáncer. Las pillamos a tiempo, las controlamos y, con un tratamiento mínimo, ... ambulatorio, las mujeres ven solucionado un problema potencial. Evitamos que el cáncer aparezca y sí disminuimos las muertes al máximo. Por eso es el test de cribado más eficaz que hay en cuanto al objetivo primario, que es disminuir la mortalidad por cáncer». Quien lo explica es el jefe de Ginecología del Hospital Universitario de Cabueñes, Ángel Martínez, para quien lo ideal sería que respondan «un 80%» de las «entre 100.000 y 120.000 mujeres» con edades comprendidas entre los 25 y los 65 años de los concejos de Gijón, Villaviciosa y Carreño a los que va dirigido este screening.
Las cartas con la información y la invitación a participar en este cribado poblacional del cáncer de cuello de útero comenzaron a enviarse el pasado mes de diciembre. Y en los centros de salud ya se están recibiendo las primeras llamadas para pedir una cita con la matrona. Porque son estas enfermeras, las especializadas en atender a las mujeres a lo largo de toda su vida fértil, las que se encargarán de realizar las pruebas en Atención Primaria.
En Atención Primaria En diciembre se empezaron a enviar las cartas a mujeres de 25, 35 y 65 años invitándolas a participar en el cribado. Para ello deben pedir cita con la matrona del centro de salud correspondiente.
Las pruebas Para mujeres 25 a 35 años, una citología a la que deben someterse cada tres años. Para mujeres de 35 a 65 años, una PCR de virus de papiloma humano (una prueba de mayor sensibilidad y especificidad) que se llevará a cabo cada cinco años.
Atención especializada Al hospital solo llegarían los casos de mujeres con sospecha de cáncer de cérvix.
Población diana Entre 100.000 y 120.000 mujeres del Área Sanitaria V con edades entre los 25 y los 65 años. Se espera que cerca del 80% participen en el cribado poblacional.
Unas pruebas que ya venían realizando mediante cribados oportunistas y que ahora se generalizan. Son de dos tipos. A las mujeres mayores de 35 años se les realiza una PCR de virus del papiloma humano (HPV) -que, entre otro tipo de tumores, puede provocar el cáncer de cuello uterino-, una prueba de mayor sensibilidad y especificidad que permite detectar si la mujer es portadora del virus o no. Deberán sometersa a ella cada cinco años.
A las mujeres entre 25 y 35 años, en cambio, lo que se les hará será una citología para determinar sin presentan lesiones provocadas por el virus. La razón la explica una de las matronas que se encargará del cribado poblacional, Carla Fernández, del centro de salud Severo Ochoa: «El virus del papiloma es muy muy frecuente. Se estima que una de cada tres mujeres en edad reproductiva lo va a pasar, pero el sistema inmune de las de menos de 35 años hace frente al virus y puede eliminarlo. Solo en un porcentaje muy bajo, de en torno al 10%, acaba causando lesiones» y esas lesiones, derivar en un cáncer de cuello uterino. De ahí que en las más jóvenes se busquen lesiones y no el virus, «porque es casi seguro que el virus lo vamos a encontrar».
Sea con una citología o con una PCR de virus del papiloma humano, el cribado es un trámite que se solventa en una consulta de unos quince minutos a lo sumo. Los beneficios, remarcan tanto la matrona como el jefe de Ginecología de Cabueñes, son más que evidentes: «Este es de los pocos casos en que la medicina puede prevenir de forma efectiva un tumor». Y en el caso del cáncer de cuello uterino, uno muy frecuente en el Área Sanitaria V. Si la ratio media en cribados poblacionales es de cinco casos anuales por cada 100.000 mujeres, «aquí estamos por encima de veinte casos todos los años. Son muchos», anota Ángel Martínez. Y si bien existen tratamientos eficaces y, dentro de la incidencia global de todos los tipos de cáncer, el dde cuello de útero tiene una mortalidad muy baja, «es una enfermedad muy dolorosa y que afecta a gente muy joven», remarca el jefe de Ginecología del Hospital de Cabueñes.
De ahí que, en consulta, las matronas insistan en la conveniencia de la vacunación frente al virus del papiloma humano como forma de prevención. «Está indicada, aunque en Asturias solo financiada para las menores de 26 años», explica Carla Fernández. En el Principado a las niñas se las vacuna a los diez años -en el resto de España, a los doce- y a los niños comenzará a dispensarse a esa misma edad a partir de este año, pero los adultos también pueden -«y deberían», subraya la matrona- vacunarse. «Es un cáncer evitable», insiste.
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