El Coto da el visto bueno al proyecto municipal para la plaza de la República

De forma similar a la propuesta vecinal, el proyecto aprobado contempla la construcción de tres parques para distintos rangos de edad: dos en la zona central, de uno a tres años y de cuatro a ocho, y un tercero en un lateral de la plaza, para ocho o más.

En dichos laterales también habrán zonas juveniles en las que pondrán máquinas para hacer ejercicio y unas mesas de pimpón. Alrededor de las cuatro casetas de la plaza instalarán un tendejón hecho con materiales naturales para poder resguardarse de la lluvia y del sol. También habrá sillas y mesas en zonas comunes «en lugar de lo que tenemos ahora, que son bancos puestos unos a espalda de otros», declaró Guisado.

El aparcamiento del Alimerka será lo que más cambie en toda la obra, ya que pasará de ser un parking a un polideportivo, lo que permitirá que los jóvenes tengan un sitio para jugar al fútbol en vez de la plaza y que, a su vez, haya otra entrada desde un callejón de la calle Calderón de la Barca.

Por último, el presidente de la Asociación de Vecinos también propuso para un futuro que «el frontón que hay justo delante del CMI pueda convertirse en un mural y pase a ser algo más que un pedazo de muro». Algunos asistentes plantearon hacer un rocódromo, pero se desestimó por el peligro que pudiese suponer esta práctica.

Por parte del vecindario hubo una buena acogida al plan municipal, aunque algunos manifestaron dudas sobre el nuevo orden: «Al final, les hemos dado un plano para que hagan lo que ellos quieran», dijo uno de los asistentes. Otros plantearon dudas sobre lo que pueda suponer la nueva distribución: «¿Habrá espacio para organizar eventos?», preguntó otro. El presidente respondió que es más útil pensar en el beneficio de la reforma para el vecindario «y no solo en los tres días del año en los que hay fiesta. Aparte que con el polideportivo habrá espacio para hacer cosas».

Otros también temieron un posible enquistamiento de la obra, como es el caso de Calderón de la Barca, que lleva ya dos años, lo que está provocando que los vecinos cuelguen paños amarillos de protesta en sus ventanas. Guisado llamó a la calma diciendo que «a base de presionar seguro que lo conseguiremos».