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GUILLERMO MAESE
Martes, 1 de diciembre 2020, 02:30
Comenzaron su turno a las 23 horas y en apenas veinte minutos, tras la reunión de coordinación con el subinspector Marcos Puente, seis dotaciones del departamento de Seguridad Ciudadana de la Policía Local de Gijón salieron a la calle. Su patrullaje se extendió, como es habitual en el turno de noche, hasta las siete de la mañana. Una veintena de policías velaron el pasado viernes por el cumplimiento de las restricciones del Principado para frenar el avance de la pandemia. Todo aquel que esté en la calle a partir de las 22 horas debe tener un motivo justificado. «No hay un documento reglado, pero en muchas ocasiones lo que pedimos es que nos hagan fácil creernos los motivos del incumplimiento. Al fin y al cabo, se trata de apelar al sentido común de los ciudadanos», explicaba a EL COMERCIO el subinspector Puente.
A las 23.30 horas ya se produjo el primero de los tres controles de movilidad previstos para la noche. En la rotonda del final de la avenida Portugal, Policía Local y Guardia Civil verificaron que los vehículos que entraban y salían de la ciudad lo hacían con un motivo justificado. En una hora y media solo pasaron cinco vehículos, todos con causa justificada. El cierre total de la hostelería y el adelanto del toque de queda supone que «cada vez sea más difícil incumplir las normas». Las últimas restricciones estrechan el cerco a los infractores.
De camino al segundo control en Pablo iglesias, ni un solo peatón en Carlos Marx, Constitución ni Manuel Llaneza. «Han pasado más de ocho meses desde el primer confinamiento y a nosotros nos sigue impresionando ver las calles tan vacías», explicaban varios agentes de la Policía Local. En el cruce con General Suárez Valdés, junto a la Policía Nacional, instalaron el segundo control. En 45 minutos, apenas irrumpieron tres coches. El tercer control se realizaría en La Calzada, donde el tráfico fue aún menor que en el resto de los controles.
A la una de la madrugada, las seis dotaciones de la Policía Local desplegadas por la ciudad recibieron el aviso desde Comisaría de tres denuncias vecinales por posibles fiestas en domicilios privados. La primera intervención se produjo en el número 35 de la avenida de la Constitución. No había fiesta, pero el propietario del domicilio denunciado fue sancionado por incumplir la ordenanza de convivencia. El hombre, que se encontraba bajo los efectos del alcohol, tenía el volumen de música muy alto y causaba molestias a los vecinos.
Posteriormente, hasta cuatro dotaciones se desplazaron al número 7 de la calle Torre Bermeja, en Nuevo Gijón. En su interior, tres chicas de 16 años junto a un varón de 19. La ocupante del domicilio fue sancionada por ocasionar molestias a los vecinos -sanción administrativa de unos 200 euros- y junto al resto de los presentes, fue sancionada por incumplir la normativa anticovid. Los agentes comunicaron a los padres de las menores lo sucedido y trasladaron a dos de ellas, a pesar de las plegarias de las afectadas, a sus domicilios. Además de las sanciones, realizaron un informe sobre la actuación, que será enviado a la Fiscalía de Menores del Principado de Asturias.
La tercera intervención fue en el barrio de Cimavilla. No se incumplía ninguna norma anticovid, pero sí la ordenanza de convivencia. A lo largo de la noche se sancionaron a dos personas más por saltársela. Durante el día, dos intervinieron en dos comercios por la venta de productos no esenciales.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
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