
Ver fotos
Secciones
Servicios
Destacamos
Ver fotos
Los vecinos de la zona oeste de Gijón están desesperados con los altos niveles de contaminación y la mala calidad del aire que tienen que soportar desde hace años. Aseguran que las medidas puestas en marcha ayer por el Ayuntamiento de Gijón no sirven para nada. No hay más que ver cómo están las terrazas y ventanas de las viviendas y los coches aparcados en las calles de La Calzada, El Cerillero y El Lauredal. Entre esas medidas preventivas contra la polución están la prohibición de acceder camiones con material pulverulento por Príncipe de Asturias y la carretera de Avilés (ayer hubo controles de la Policía Local y la Guardia Civil), el riego de viales en empresas y carreteras, y la reducción de la velocidad en las autopistas a 90 kilómetros por hora.
Las estaciones de control de la calidad del aire del Principado registraron ayer niveles muy elevados de partícula PM 2,5 en Santa Bárbara, hasta 482 microgramos por metro cúbico, y altos en PM 10 en la avenida de la Argentina, que alcanzó los 92 microgramos por metro cúbico. En el resto de la ciudad, las mediciones fueron más modestas.
Ana Luz Albuerne lo tiene claro: «La contaminación casi se mastica a pesar de llevar mascarilla y tiene un fuerte olor a mineral». Asegura que el riego no consigue llevarse el polvo y cree que «tendrían que plantar más árboles de hoja perenne y no caduca», para luchar contra esta situación. Jesús Paniagua achaca la polución a «todo lo que tenemos alrededor, como Arcelor, El Musel y otras industrias» y piensa que «se tardó demasiado en adoptar medidas. Riegan las calles, pero no es suficiente». Alberto González alerta de que la contaminación «afecta a todo el mundo» y critica que «los coches aparecen todos los días cubiertos de suciedad». Antonio Velasco habla de la poca eficacia de «los filtros de Arcelor» y apunta que «las lápidas del cementerio de Jove están todas negras».
Alfonso Solleiro está trasplantado y ha de tener especial cuidado. «No hacemos más que tragar porquería. Desde casa, durante las noches, vemos las nubes de contaminación. Es una vergüenza. Nos están matando de forma disimulada», sostiene. En una terraza del tejado de su casa, en la calle Manuel Hevia Carriles, se cumula una gran cantidad de material contaminante. «Tienes la sensación de masticar el polvo y con la luz de las farolas puedes ver que cae y brilla, porque tiene hierro», sostiene.
María del Mar Sierra se encarga de la limpieza en el edificio de Solleiro y explica que «lleva varios días oliendo a fósforo. Aquí llevamos mascarilla no por la covid, sino por no respirar esta porquería», indica mientras muestra todo el polvo negro que ha recogido a la puerta del edificio «solo de hoy, porque lo barremos a diario».
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
El mastodonte de Las Contiendas y las diferencias con un mamut
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.