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«Quizá los riesgos pueden no parecer muy elevados, pero la contaminación está afectando a la población. El impacto es importante a nivel de salud pública». Advertencia tajante la de la matemática y profesora adscrita l área Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Oviedo Ana Fernández Somoano, autora –junto con Isabel García Cuesta e Isabel Martínez Pérez– de un estudio que, tras analizar las cifras de ingresos no programados en los hospitales de Jove y de Cabueñes debido a un total de doce afecciones respiratorias y cardiovasculares graves, encuentra relación entre estos casos y los altos índices de contaminación del aire a registrados en esos mismos días.
Los resultados del estudio epidemiológico, encargado por la Concejalía de Medio Ambiente y Sostenibilidad que dirige Rodrigo Pintueles, fueron presentados esta mañana en el Ayuntamiento. Primera conclusión: en Gijón existe una alta incidencia de enfermedades respiratorias relacionadas con la presencia de partículas PM10 (inferiores a diez micras) y de dióxido de nitrógeno. Tanta que, cuando los episodios de contaminación se disparan en el concejo, el riesgo de ingreso hospitalario se duplica. Por asma, en las mujeres, los ingresos se multiplican en 2,5 veces (en 1,7 en los hombres). Y en el caso de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), los casos se multiplican 2,3 veces entre los hombres y aproximadamente 1,7 veces en las mujeres.
Según los datos expuestos, entre 2016 y 2020, se registraron en Gijón 3.835 ingresos hospitalarios urgentes por patología respiratoria: 1.540 de mujeres y 2.295 de hombres. En el análisis por barrios, los peores parados resultan los vecinos de la zona oeste y centro de Gijón. En concreto, los de Jove, Rubín, La Calzada, El Natahoyo, Los Campones, El Llano, Porceyo, Roces, Vega y Caldones. Eso, tanto para hombres como para mujeres.
En ese mismo lustro, los ingresos hospitalarios por eventos cardiovasculares (principalmente infarto agudo de miocardio y angina de pecho) relacionados con la contaminación atmosférica ascendieron a 1.728 (de los que 1.115 fueron de hombres). En cuanto a la incidencia por barrios, el patrón es diferente al de las enfermedades respiratorias. Se concentra en La Calzada, Moreda, Centro, El Llano y Porceyo, en el caso de los hombres. Esos barrios son comunes en el caso de las mujeres (salvo Moreda) pero además existe un riesgo alto entre las vecinas de Somió, Deva, Caldones (en la zona este) y en el barrio de Roces.
A partir de la información que aportan las distintas estaciones de control de la contaminación atmosférica repartidas por todo el concejo se aprecia que los índices de material particulado (las PM10) y de dióxido de nitrógeno «ha disminuidos en los últimos veinte años» y también que no se ha sobrepasado el límite de 35 días anuales de superación de los valores límite diarios (excluyendo los episodios de intrusiones saharianas). Con todo, se pone el foco en los distritos oeste y sur por ser los que mayor número de superaciones del valor límite diario de partículas PM10 registran.
El concejal Rodrigo Pintueles subrayó el papel del Ayuntamiento de Gijón en cuanto a vigilancia ambiental y controles de calidad. En este sentido, avanzó que a la reunión prevista para hoy del consejo sectorial de Medio Ambiente se llevará un decálogo de propuestas para el Gobierno del Principado. Propuestas que buscan «mejorar los valores de calidad del aire» en Gijón y que abarcan «infraestructuras verdes, la regulación de partículas sedimentables, la mejora de protocolos de limpieza o la mayor transparencia en las inspecciones de calidad ambiental que se realizan», anotó.
Sistema cardiovascular: infarto agudo de miocardio, arritmias, fallo congestivo cardíaco, hipertensión, inflamación sistémica, trombosis venosa profunda, incremento en riesgo de diabetes tipos 1 y 2 y resistencia a la insulina.
Sistema respiratorio: asma, neumonía, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), función pulmonar reducida, irritación, inflamación e infecciones, cáncer de pulmón
Sistema nervioso: ictus, problemas de desarrollo neuronal y de salud mental, enfermedades neurodegenerativas, dolor de cabeza, ansiedad.
Sistema reproductor: incremento de riesgo de nacimiento prematuro y peso bajo al nacer; reducción de la fertilidad e incremento del riesgo de abortos.
Hepático y hematológico: efectos en el hígado, el bazo y la sangre.
Mucosas: irritación de ojos, nariz y garganta.
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