El Consistorio se suma a la reforma de San Esteban del Mar y pide darle uso cultural

«Llevamos un lustro peleando por este momento», recordó Heredia, quien celebró que «tras muchas tramitaciones hemos podido alcanzar un objetivo que refuerza el patrimonio histórico de la ciudad». Precisamente, el tener ese objetivo presente fue lo que impulsó a que los rotarios no se rindieran ante «la innumerable documentación» demandada por las administraciones.

Tres jóvenes arquitectos han sido los artífices del proyecto, Pelayo Infiesta, María del Cobre y José María Cabezudo, que colaboran en esta iniciativa de forma desinteresada. «En este caso, la financiación no supone un problema», explicó el tesorero del club, Luis Buznego, quien agradeció a todas las empresas tanto de la ciudad como de la región que han realizado donaciones que permitan contar con la liquidez suficiente para emprender la reforma.

Para describir la dimensión que alcanzó el proyecto en cuanto a la implicación vecinal, se centró en una aportación procedente de Misuri que le resultó sorprendente. «Fue la primera de todas las que recibimos. El club en cuestión aportó 1.000 dólares pero Guillermo Rodríguez, de ascendencia asturiana, decidió sumar otros 500 a título personal», contó. En la ermita de San Esteban se celebró el culto religioso hasta la construcción, por la misma familia Ramírez de Jove, de iglesia del mismo nombre.

Ahora, los rotarios quieren que se adecente la parte exterior de la capilla, así como que comiencen las labores de urbanización de su entorno. «Sin el apoyo del Ayuntamiento, todo esto no sería posible», apuntó Emilio Díaz, director del Revillagigedo.

«Se limitan a pedir poder usarlo para algunos actos culturales», añadieron los promotores de la rehabilitación, cuyos plazos aún deben concretarse.