Para disfrutar de un vino tan solo hay dos premisas: «subir un pequeño peldaño en el precio inicial y no dejar que un pseudoexperto imponga un criterio, porque hay que jugar con los sabores». Estos son los consejos de Andreas Kubach, uno de los siete Master of Wine que residen en España y que ayer impartió una charla sobre esta bebida en el CIFP de Hostelería y Comercio.
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Una vez que hacemos ese salto inicial, «de 10 a 20 euros, luego ya no es tan notoria entre 20 y 30», la calidad y la personalidad «es inconfundible». En casa, recomienda tenerlo siempre «a una temperatura no muy alta y estable». Y no guardar el vino para una ocasión especial, «no hay que olvidar que hay tiendas siempre alrededor. Si lo tienes, disfrútalo». Una vez que se vaya a degustar hay que «dejar de entenderlo como un alimento, es cultura». Con esta idea en mente, toca agudizar los sentidos, pero no por separado sino «de forma integral». Kubach recomienda «dejar que trabajen a la vez y prestarle atención al vino».
Para un buen maridaje, Kubach apuesta porque, a pesar de que «haya formas que funcionan mejor», cada persona «juegue con los sabores, es mucho más divertido». Aunque para una fabada, el experto recomendaría «vinos frescos y con acidez». Un rango entre «tintos no con mucha estructura o blancos con un poco de entidad». Sobre los vinos asturianos, «conozco pocos pero me gustan mucho, hay potencial y vinos interesantes. Asturias tiene un hueco», augura.
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