COVADONGA RODRÍGUEZ
GIJÓN.
Domingo, 15 de julio 2018, 01:29
Distinguir entre un ciprés y un pino no es tarea sencilla para muchas personas que viven en la ciudad. Sin embargo, los niños que asisten al campamento del Jardín Botánico ya conocen el nombre de muchas de las flores y árboles que los rodean. En ... un entorno privilegiado, 30 niños disfrutan cada semana de una mañana de juegos en los que prima la relación con la naturaleza. «El objetivo de todas las actividades que realizamos es conseguir un aprendizaje medioambiental», apunta Reyes Álvarez, responsable de didáctica y divulgación del Botánico.
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A través de yincanas, caminatas, juegos, talleres y un huerto, estos niños, de edades comprendidas entre los 6 y 12 años, se convierten en 'expertos' medioambientales. «Todas las mañanas, nada más llegar, los pequeños trabajan en el huerto, en el que aprenden desde cero cómo es el proceso de cultivo de diferentes hortalizas», explica Sonia de Castro, una de las monitores del campamento. «Aunque no da tiempo a que las verduras crezcan, los niños pueden llevarse a casa lo que han plantado otros compañeros. De esta manera pueden vivir la experiencia completa», agrega. La actividad solo dura una semana, en horario de 9 a 14 horas, pero hay niños que repiten y acuden a más de un turno. «Ninguna semana es igual a otra. Intentamos variar actividades. Además, lo imprevisible del tiempo asturiano hace que tengamos cantidad de alternativas» relata De Castro.
El Jardín Botánico oferta este año dos campamentos más, en uno de ellos los asistentes deberán hablar en inglés, y el otro está destinado a los más pequeños de la casa, niños con edades comprendidas entre los 3 y 5 años.
Las plazas para asistir a estas colonias están todas cubiertas, incluso hay lista de espera. Lo mismo ocurre con las del Museo del Pueblo de Asturias y el Centro de Interpretación del Monte Deva. Los campamentos urbanos se han convertido en una alternativa ideal para los padres trabajadores que deben conciliar vida laboral y familiar. «Muchos de los niños de las colonias del Pueblo de Asturias han estado antes en el del Botánico y viceversa», destaca Reyes Álvarez. «Estas actividades son una opción muy buena para las familias trabajadores. Precisamente, mis hijos se encuentran ahora un campus deportivo», confiesa.
Los campus multideportivos del Patronato Deportivo, en la que los niños pueden hacer diversas actividades al mismo tiempo que se entrenan y practican una gran variedad de deportes -hockey, rugby, béisbol, equitación y natación, entre otros- son también todo un éxito. «Desde mayo son muchas las personas que vienen pidiendo información sobre los campamentos de verano», señalan desde la Oficina de Juventud. Sin embargo, este año el folleto informativo de las actividades veraniegas, que siempre se agotaba, no se ha impreso en papel, así que los padres se han visto obligados a consultarlo a través de la red. Además de los campamentos multideportivos, existen también otros más específicos, destinados a que los niños practiquen y perfeccionen la técnica de su deporte preferido: hockey, fútbol, golf, baloncesto y balonmano.
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A esta oferta se suma, como todos los años, el programa de vacaciones del 11x12, destinado a la ocupación del tiempo libre de los niños en los periodos vacacionales, de manera que las familias gijonesas puedan integrar la vida laboral y familiar de la forma más satisfactoria posible. Actualmente, estas colonias urbanas se imparten en trece colegios públicos de la ciudad. Una semana en este programa puede ser de lo más variopinta: a través de juegos, yincanas, actividades deportivas, y manualidades, los pequeños 'viajan' por el mundo, se convierten en deportistas olímpicos y descubren la mitología asturiana. Además, una parte del tiempo, el idioma oficial de la actividad es el inglés.
El periodo de inscripción está abierto durante todo el verano. Actualmente, hay 4.234 solicitudes, una cifra que está a punto de igualar la que se alcanzó al final del verano pasado, que fue de 4.274. «Los campamentos urbanos son una forma de divertirse y aprender al mismo tiempo, pero sobre todo una buena alternativa para conciliar el trabajo con las vacaciones de verano de los niños», señala Sara Álvarez, pedagoga y madre de tres hijos que este año acudirán a diferentes actividades en los museos de la ciudad.
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Museos como el Evaristo Valle en el que los niños realizan mediante el juego y los deportes un recorrido por el mundo del arte, de la pintura, la escultura y hasta el mundo circenses. Acompañados por Pierrot, uno de los grandes personajes de los cuadros del pintor gijonés, realizan un exótico viaje para descubrir los animales de las islas Galápagos, conocer al poeta Tristan Tzara, máximo exponente del dadaísmo y cómo hacer un Rangoli -diseño hindú tradicional decorativo-. Todo a través de juegos y manualidades. La fundación también posee en sus instalaciones recursos para transportar a los asistentes al mundo oriental: jardines zen, esculturas, colecciones de bonsáis, especies como la Sófora o la Nana gracilis, pinturas de Evaristo Valle o recuerdos de los viajes orientales de su padre; toda una experiencia para los más pequeños, que también participará en un pentatlón bajo la vista de las esculturas grecorromanas del Evaristo Valle.
Pero no es este el único museo con actividades veraniegas. El resto de museos -Museo del Ferrocarril de Asturias, Nicanor Piñole y Jovellanos-, junto con los centros municipales y el Colegio de Arquitectos de Asturias, albergan también variedad de talleres para los escolares, una oferta que permite que todos los niños puedan elegir lo que más les gusta. Desde los más clásico, relacionados con las artes plásticas, las manualidades, la cocina y el teatro a otros más modernos, en los que prima el uso de las nuevas tecnologías, la robótica o los experimentos científicos. «La oferta es muy amplia, por lo que siempre hay algo que guste a niños y mayores», apunta Álvarez.
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Las actividades tienen precios variados, pero el Ayuntamiento subvenciona el 95% de uno de estos campamentos para los niño empadronados en Gijón beneficiarios de la beca comedor o cuyos progenitores reciben el subsidio por desempleo o el salario social básico.
3 meses por solo 1€/mes
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