«Quien lo conoce de verdad sabe que es una persona que ayuda a los demás»

Según relatan quienes han visitado la vivienda, en la puerta de la habitación del exsacerdote, al fondo del pasillo, cuelgan tres carteles. En el primero puede leerse 'celda del p. Chus'. El segundo reza «Yo no busco a nadie, si estás aquí es porque quieres». Y debajo hay una señal de advertencia: «Cuidado con el perro». El piso huele a tabaco, está repleto de imágenes y figuras religiosas y en la entrada ya está puesto el Belén. Quienes conviven con el padre Chus están convencidos de su inocencia: «Quien lo conoce de verdad sabe que ayuda a los demás», defiende uno de ellos.

Este hombre, que lleva 21 años en el piso, reconoce que «los vecinos se quejan de que vienen muchos menores y que supuestamente salen colocados y causan desperfectos en zonas comunes», pero asegura que durante el registro policial «no se encontró a ningún menor colocado ni a Chus haciendo ninguna cosa ilegal, solamente una china de hachís» que, aseguró, era para «mi propio consumo». «Deben pensar que es un traficante pero aquí nadie vende droga», afirmó.

Según relató a EL COMERCIO, los dos menores que estaban en el piso «son amigos de alguno de los chavales que residen aquí». Insistió en que el exsacerdote «hace una labor social para los jóvenes desamparados», que «vienen aquí porque se corre la voz a contar sus problemas y Chus nunca echa a nadie. Hablan con él con la puerta abierta».