Concedida la prórroga de un año para finalizar la zona de bajas emisiones de La Calzada

La ampliación del plazo es, casi en su totalidad, a efecto retroactivo, pues las obras debían haber terminado el 31 de diciembre de 2023 y la concesión ministerial fija ahora el final para el 31 de diciembre de 2024. Lo cierto es que desde el Ayuntamiento se daba por hecha la concesión, pero el permiso no terminaba de concretarse. De no haberse admitido, el equipo de gobierno se hubiera visto obligado a devolver los 6,9 millones con las obras aún en ejecución.

Aún así, no sobra tiempo. Antes del 31 de diciembre deberán estar entregados los trabajos de la ecomanzana, definida la zona de bajas emisiones de La Calzada, y entregados los carriles bici de Sanz Crespo y Poniente. Todo avanza según lo previsto, pero cualquier contratiempo podría poner otra vez en riesgo el cumplimiento de los plazos establecidos. Los únicos trabajos entregados son los carriles bus de las calles Brasil y Gran Capitán, y de las avenidas Pablo Iglesias y Constitución. En esta pugna burocrática no falta, claro está, el reproche político: «Todo se debe a la catastrófica planificación del anterior equipo de gobierno», apuntaron fuentes municipales a este periódico.

La instalación de las cámaras que controlarán el tráfico en la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) de La Calzada y de los medidores de la calidad del aire ya se está realizando en el barrio del oeste. Se trata de un proyecto heredado del anterior equipo de gobierno y que Foro, en la oposición, criticó con dureza. Tanto es así que han renunciado a instalarla en Cimavilla. También, según informó el concejal de Tráfico, Pelayo Barcia, la ZBE será informativa hasta que esté operativo el vial de Jove. Se puede concluir entonces que Foro suspende, pese a las cámaras y los medidores, la ZBE de La Calzada 'sine die'.

Además, mantendrán el permiso de paso adquirido previamente a vehículos de residentes, pymes y autónomos, y no tendrá fines recaudatorios, es decir, no habrá opción de pagar para incumplir.