Como «una revisión cable a cable» definía la alcaldesa, Carmen Moriyón, la exhaustiva auditoría interna de los sistemas informáticos del Ayuntamiento que, como adelantó EL COMERCIO, permitió detectar la semana pasada dentro de un armario la existencia de un ordenador no inventariado ... conectado a la red municipal y cuyo origen y finalidad están siendo investigados por la Policía Nacional, ante la posibilidad de que pudiera estar relacionado con actividades ilícitas. Es el segundo gran sobresalto relacionado con las nuevas tecnologías que sufre en poco más de dos años una administración local cada vez más digitalizada tanto en su relación con los ciudadanos como en sus procedimientos internos y en la que los documentos de papel han dejado paso hace tiempo a los archivos compartidos y el trabajo en la nube.
Publicidad
La red informática municipal, como su propia estructura de personal, es extensa y compleja, pues por ella pasan desde la tramitación de licencias y la gestión de ayudas públicas hasta el préstamo de libros en las bibliotecas, pasando por pagos y cobros de toda índole. En la última renovación general de dispositivos el suministro de equipos superaba las 1.500 unidades entre el Ayuntamiento, los organismos autónomos (fundaciones de Cultura y Servicios Sociales y Patronato Deportivo Municipal) y empresas municipales como Emulsa, EMA y Divertia. Lo más extendido entre los trabajadores municipales, con casi un millar de unidades, son terminales «ligeros», sin apenas capacidad de almacenamiento y que funcionan conectados a un escritorio virtual. A ellos se suman en torno a 300 «ordenadores básicos», con discos de hasta 500 gigabites, y algo más de un centenar de «ordenadores avanzados», reservados a técnicos que utilizan aplicaciones «muy exigentes a nivel gráfico y de procesamiento». El inventario lo completan en torno a 150 ordenadores portátiles. Para moverse por ese entramado digital, con múltiples interconexiones entre servicios, existen distintas redes internas cuyo acceso está regulado mediante credenciales que garantizan que cada trabajador solo tenga acceso a los programas, bases de datos e información que le correspondan en razón de su puesto.
Noticia relacionada
En abril de 2022 un ataque informático forzó un apagón general del que algunos servicios tardaron semanas en recuperarse y obligó a recuperar para algunas tareas formas analógicas de trabajo que parecían ya extintas. Ahora, tras una temporada en la que han sido frecuentes las quejas por fallos en los correos electrónicos, un funcionamiento errático de la red e incluso problemas para de los grupos municipales para registrar iniciativas políticas, la aparición de un ordenador no inventariado vuelve a crear incertidumbre sobre la fragilidad que pueda tener un órgano de múltiples tentáculos y con puertas a una red de alcance global.
3 meses por solo 1€/mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.