SUSANA D. TEJEDOR
GIJÓN.
Sábado, 13 de noviembre 2021, 18:43
La pandemia interrumpió el normal discurrir de la Cocina Económica de Gijón que, aunque nunca dejó de atender a los usuarios, sí hubo de cambiar sus usos y costumbres. Las medidas sanitarias no permitieron la ocupación del comedor, por el que cada día, antes ... de la pandemia, pasaban muchas personas y familias. Su media habitual, 300 menús diarios. «El comedor es muy importante porque hay personas que, aunque lleven la comida que les entregamos, no tienen dónde calentarla ya que o viven en la calle o pernoctan en lugares donde no es posible el acceso a una cocina», siempre defendió sor Marisela Cueto, directora de la Cocina Económica.
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Finalmente, han obtenido el permiso para abrir de nuevo sus puertas. Será el próximo jueves, día 18. Estaba cerrado desde marzo de 2020. «Estamos muy contentos», repite Cueto, pero «muy apurados» porque, aunque era un deseo y se esperaba «de un momento a otro» hay que organizarlo todo muy bien, ya que la realidad es que el comedor se reabre, pero no al cien por cien de su capacidad. «Habrá cabida para cuarenta personas, del aforo total que permite albergar al mismo tiempo a 80 comensales». Pero las medidas en lo que se refiere a distancia no dan otra opción, de momento. El horario de comedor será de mediodía a dos menos cuarto. «La entrada se hará con las distancias marcadas y con la obligación de utilizar los geles de desinfección. «Será un entrar y salir continuo», se pretende que puedan hacer uso de ello todos los que lo requieran.
Los detalles hacia los usuarios, como es ofrecer un menú navideño cada año, gracias a la aportación de muchas firmas, instituciones y personas, es algo que nunca se ha descuidado. Como tampoco se hizo el pasado mes de febrero, en que se prepararon más de 300 menús de Antroxu a los usuarios habituales de esta institución porque «la mayor celebración para estas personas que viven en situaciones tan complicadas es la comida, esa es la mayor fiesta», declaró la directora.
A falta de seis días para la reapertura, el ritmo es frenético. «Estamos informando a los voluntarios de todo lo que hay que saber sobre las medidas de seguridad. También estamos dándoles formación de cómo ha de hacerse. Incluso estamos elaborando tarjetas en las que quedan claros los criterios de acceso».
Mientras, no se descuidan otros preparativos como el acopio de algunos artículos que servirán como regalos a los usuarios en Navidad. Calcetines y pañales para los niños pueden ser una buena aportación.
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