El colegio Rey Pelayo de Gijón ya está listo para reabrir sus puertas

Esta obra de rehabilitación se acometió como consecuencia del derrumbe del forjado sanitario de la planta baja de un aula del colegio el 12 de enero de 2023, antes del inicio de las clases. Los estudios encargados con posterioridad revelaron la existencia de un deterioro que requería una intervención en dicho nivel.

El colegio queda ahora a disposición del Ayuntamiento de Gijón para que acometa la mudanza del mobiliario y realoje al alumnado, tarea para la que requerirá en torno a una semana, según lo manifestado por el propio Gilberto Villoria.

La actuación de la consejería, que fue adjudicada en 360.000 euros, ha consistido en la reparación estructural de una superficie de 1.450 metros cuadrados. También se ha sustituido parte del pavimento y se han instalado rejillas de ventilación. Además, se han efectuado actuaciones complementarias que no estaban contempladas en el proyecto. En concreto, el repintado de toda la planta baja, la renovación de la red de saneamiento, la sustitución de las cortinas en cinco aulas, la construcción de un tabique en sustitución de una mampara y el alicatado de la antecocina. Algunas de estas actuaciones adicionales se han ejecutado a petición del propio Ayuntamiento de Gijón.

Como queda dicho, una vez finalizadas las obras que correspondían a la Consejería de Educación, el Ayuntamiento se tomará varios días para acondicionar los espacios y dotarlos con el mobiliario apropiado. Una vez realizada esta tarea, alumnado y profesorado podrán regresar al centro para terminar allí el actual curso. Hay que recordar que llevan dos años impartiendo y recibiendo clases en La Escuelona y el colegio público de El Llano.

Ese retorno será definitivo. Porque, pese a que el Ayuntamiento tiene previsto comenzar en el verano las obras de reforma integral del colegio ubicado en la avenida de la Constitución, estos trabajos no interferirán la dinámica docente. Y eso porque el equipo de gobierno local ha modificado del proyecto inicial, del que se cae la instalación de una cubierta vegetal que obligaba a llevar a cabo un refuerzo estructural de todo el colegio. Prescindiendo de ese 'tejado verde' ya no es necesario esa intervención de mayor calado.

Las obras comenzarán con la reforma del forjado de la planta primera, de forma que el curso escolar pueda iniciarse en septiembre con normalidad. Les favorecerá también el hecho de que el número de alumnos y alumnas actual es ahora bastante inferior a los algo más de doscientos que el colegio tenía hace dos años.

La reforma integral del Rey Pelayo mejorará la eficiencia energética y la accesibilidad al centro. También le permitirá ganar más aulas. En total, contará con 28 clases ante la previsión de que, una vez finalizada su rehabilitación, recupere las cifras de alumnado que tenía hace dos años.