El colegio de Nuevo Roces recibirá 18,1 millones de euros, la mayor inversión regional en Primaria

La asociación vecinal de Nuevo Roces confía en que todo se agilice lo máximo posible y las obras puedan arrancar este mismo año. De hecho, en el acuerdo adoptado ayer consta una reserva de 696.000 euros para este mismo ejercicio, a los que se sumarán 10,8 millones en 2024 y los 6,6 millones restantes en 2025. El plazo de ejecución son 24 meses y el deseo vecinal es que el nuevo colegio pueda empezar a impartir clases para el curso 2025-2026, lo que obligaría a tenerlo listo para su entrega antes del verano de 2025.

En un contexto generalizado de pérdida de alumnado, consecuencia del declive demográfico, Nuevo Roces es la gran excepción. Es el barrio más joven de Gijón y, año tras año, el que más crece. «Aún quedan 5.000 vecinos más por llegar», apunta el presidente vecinal, Miguel Bernardo, en referencia a los nuevos bloques en construcción y las parcelas que quedan todavía por edificar.

Según el padrón municipal, a principios de este año entre esos residentes había 874 niños de entre 3 y 12 años, que son las edades que abarcará el nuevo centro, con nueve aulas para el segundo ciclo de Educación Infantil (3-6 años) y 18 para Primaria (6-12 años), a razón de tres aulas por curso. Actualmente, salen a diario del barrio ocho autobuses escolares para llevarles a sus centros de referencia, que son los colegios Nicanor Piñole y Noega. Pero también hay un importante número de alumnos de Nuevo Roces en el Jacinto Benavente de La Camocha y el Alfonso Camín de Roces, sin contar los que acuden a la concertada en el Montedeva y el Codema. «Nos alegra que esto camine hacia adelante, porque es una demanda histórica. Hay niños nacidos en Nuevo Roces que incluso están ya en el instituto», señala Miguel Bernardo.

El futuro colegio, diseñado por Jovino Martínez Sierra, se levantará junto a la escuela infantil y dispondrá de 10.000 metros cuadrados de espacios distribuidos en tres plantas sobre rasante y un sótano, a los que se sumará una pista deportiva semienterrada y cubierta con una superficie verde. Junto a las 27 aulas mencionadas, que podrán albergar más de 650 alumnos, tendrá otras dependencias para actividades de nuevas tecnologías, música y desdobles, además de gimnasio, vestuario, comedor, biblioteca, salas de visita, despachos para la asociación de padres y madres y para el alumnado y un salón de actos con aforo para 229 personas.

Los espacios docentes serán «flexibles», para lo que se utilizarán tabiques móviles insonorizados que permitan por ejemplo agrupar varias aulas o crear «superaulas» en función de las necesidades de cada momento. Una característica que destacó la alcaldesa, Ana González, quien mostró «una gran satisfacción» por el acuerdo del Consejo de Gobierno que permite avanzar en la construcción del colegio. «Tiene un diseño magnífico, que responde a los nuevos retos educativos, con metodologías que exigen espacios muy flexibles y dinámicos. No diré que es un lujo, porque en Educación nada lo es, pero es un diseño de la escuela del presente hacia el futuro», destacó. La concejala de Educación, Natalia González, coincidió en que «va a ser un referente como modelo de centro educativo».

Habrá una importante apuesta por la accesibilidad y, sobre todo, la sostenibilidad, con aerotermia y paneles fotovoltaicos que reduzcan el consumo energético, cubiertas vegetales que aíslen del calor, la reutilización del agua para riego y el uso de materiales de construcción «ecosostenibles».