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Los colectivos memorialistas aplauden el veto municipal para «no blanquear el franquismo»

La Federación Asturiana Memoria y República defiende su conservación, pero no darle otro trato «por ser un monumento de exaltación fascista»

M. MORO

gijón.

Jueves, 13 de febrero 2020, 01:03

Los colectivos memorialistas defienden que no se debe olvidar el pasado franquista del edificio y, por ese motivo, aplauden que los grupos de la izquierda gijonesa no dieran opción a promover la candidatura de la Universidad Laboral como Patrimonio de la Humanidad. Consideran que el veto municipal ha servido para «no blanquear una parte del franquismo» en Gijón.

Rafael Velasco, presidente de la Federación Asturiana Memoria y República (Famyr), defiende que la arquitectura de la Laboral «se debe conservar, resignificándola, explicando cómo, para qué y por qué se hizo de esa manera, pero sin darle un trato que no se merece precisamente por ser un monumento de exaltación fascista». «Creemos que las derechas locales pretenden lo contrario: darle un trato que nos haga olvidar qué significó», señala Velasco. «El escenario de Nüremberg donde Hitler daba sus mítines se conserva, pero con el objetivo de que no vuelva a pasar, no para ponerlo en valor como símbolo de algo positivo, que no lo fue», añade.

El presidente de Famyr entiende que «ese espacio hay que protegerlo como Bien de Interés Cultural (BIC) que es desde 2015». También defiende «darle usos, sobre todo educativos». En cualquier caso, también apunta que «no sé si Juan de Ávalos (autor de las esculturas de los Valles de los Caídos) tuvo algo que ver con el escudo de la entrada, pero son el mismo estilo de construcción intimidatoria propia de los fascismos»,

David Fernández, de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH), coincide en «el análisis» que la alcaldesa y su equipo de gobierno han hecho para truncar la carrera de la Laboral hacia el reconocimiento de la Unesco. «No cumple los criterios, principalmente por eso, porque el edificio, sin negar la función social que pudo tener al facilitar educación, es cierto que usó a presos republicanos como mano de obra y representa un periodo concreto de nuestra historia con un significado que choca frontalmente con los valores que pretender transmitir la Unesco».

Fernández opina también que «esto no debería quedar aquí y podría ser éste un buen momento para afrontar qué es y debe ser la Laboral». A juicio de su colectivo memorialista, el edificio «no puede seguir en ese limbo, que sea emblema cultural de la ciudad por un lado y a la vez se tache de franquista». «Quizás deberían plantear una resignificación del espacio, explicando bien qué fue, por qué se hizo así y por quién, y, quizás así, se podría valorar el otro paso», propone. «Pero ciertamente hoy por hoy ese trozo de historia no se le explica al visitante y es más importante que la monumentalidad del lugar», concluye.

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