I. V.
GIJÓN.
Miércoles, 3 de abril 2019, 02:09
Varios de ellos están curtidos en movilizaciones y encierros. Por ejemplo, el presidente vecinal de La Guía, Paulino Tuñón, quien ayer rememoraba los realizados en el rectorado de la Universidad de Oviedo. Pero, aseguran, es la primera que un colectivo pernocta, en el marco de una protesta, dentro del Ayuntamiento de Gijón. Los pioneros, la noche del lunes, fueron «nueve valientes» que tenían como único lecho un colchón hinchable que aportó a última hora el vocal de Participación de la FAV, Christian Rodil. «Como en un principio no teníamos muy claro el tiempo que íbamos a pasar aquí, la gente vino poco preparada», explicaba el presidente de El Polígono, Manuel Cañete. Adrián Arias y su padre Joaquín fueron los primeros en gozar del privilegio del colchón, mientras el resto se acomodaron «cada uno como pudo», en el suelo o en las sillas de los concejales. «Yo dormí en la de Sarasola», apuntaba uno de ellos. «Yo creo que en la de Josechu».
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Pero lo cierto es que poco se durmió esa primera noche. «Lo que hicimos fue hablar, charlar, reírnos y echar un pigazu de vez en cuando». Y aunque alguno sí había acudido cargado de libros para matar los tiempos muertos, «al final todo fue conversación y conversación, con muchas batallitas». También aprovecharon la noche para «mover la protesta por las redes sociales». Ya por la mañana acudió el primer relevo, que además de llevar «avituallamientos» permitió a quienes pasaron la noche en el salón de plenos acercarse a sus casas para «darnos una ducha y volver».
En cuanto a los concejales que secundan la protesta, Esteban Aparicio se ciñe a cumplir un horario «de Pleno permanente» que va desde las ocho de la mañana hasta la medianoche, con dos horas de pausa para comer. Ayer a primera hora estaba ocupando ya su asiento en el salón. De Xixón Sí Puede, Mario Suárez y Álex Zapico fueron los últimos en marcharse el lunes, a las tres de la madrugada, para regresar a las siete. Anoche, tras solventar el problema de la conciliación familiar, la concejala Nuria Rodríguez sí se animó a pernoctar junto a los vecinos, para lo que llevó su propio colchón, saco de dormir y manta, «porque soy muy friolera».
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