«Llama la atención que en toda esta pandemia en ningún momento se contó con los clubes para aquello que tiene que ver con las decisiones deportivas», explica Corripio. «Es nuestra principal reivindicación desde marzo del año pasado», apunta Cueto-Felgueroso. Y el problema es que «nunca se sabe nada con antelación y el verano es muy corto», remarca Alfredo Alegría.
Han vivido en la incertidumbre los últimos quince meses. Tienen que estar pendientes todos los días de los boletines oficiales para ver si hay cambios en la normativa sanitaria para luchar contra la pandemia de la covid-19, la última el pasado jueves. Pero, «hay que tener en cuenta el daño que se está haciendo a los clubes no solo a nivel social, sino también todo el empleo directo e indirecto que generamos. En esta situación de incertidumbre, habría que tener en cuenta los puestos de trabajo que hay detrás de nuestras entidades y estamos peleando no solo por mantener a los socios, que no se vayan, sino también por mantener el empleo», asegura Enrique Plaza.
Restricciones injustas
Senén Merino cree que «hay un alejamiento de lo que es un club privado por parte de la clase política y no hay derecho a ello. Debería tener tanto derecho como lo público». Es más, esta situación está perjudicando a la convivencia dentro de los clubes porque «genera mucha incomodidad y crispación en el socio, que cree que está en su casa y no entiende que le restrinjan lo que puede hacer», remarca Mario Vigil.
Estos seis clubes han llegado a reunirse, junto al Centro Asturiano de Oviedo y la Atlética Avilesina, con la directora general de Deportes, pero no consiguieron ninguna solución a sus problemas. Por eso, aunque la iniciativa aún está «muy verde», quieren dar un paso más. «Estudiamos la posibilidad de crear una asociación que represente a los clubes como los nuestros, que se ven fuera de lo que es el típico gimnasio. Ya habíamos hecho una consulta a la FNEID (Federación Nacional de Empresarios de Instalaciones Deportivas), que es la mayor patronal de centros deportivos, para crear una sucursal en Asturias, una asociación que sirviera de nexo de unión con las distintas administraciones de manera que todos tengamos una única voz e intentar que se nos escuche», explicó el presidente grupista. La idea sería aglutinar a las seis grandes entidades de Gijón, a la Atlética Avilesina, al Centro Asturiano de Oviedo y algún otro club de similares características en el ámbito de la capital asturiana. «Comprendo que es muy difícil legislar para cada club en particular y para cada disciplina. Lo entiendo. Pero no por eso vamos a dejar de decir que no hemos tenido interlocución», remarca Cueto-Felgueroso.
Echan de menos también una consejería específica de Deporte en la región con la que hablar, pues aseguran que «el deporte mueve mucha salud y eso es dinero, en un sentido u otro», dice Senén Merino. Estos clubes se mueven en una situación de incertidumbre total. Cierto es que las condiciones sanitarias han mejorado de forma notable en las últimas semanas y las restricciones comienzan a suavizarse un poco. Creen que deberían haberse planteado antes abrir la mano, sobre todo con el deporte y las instalaciones deportivas.
«Es el mejor sitio para probar la retirada de las mascarillas», considera Alfredo Alegría. «Dentro de un recinto deportivo y al aire libre, donde ya tuviste que registrarte y lavarte las manos, no se precisa mascarilla», añade Mario Vigil.
Mejoras de aforos
Cuando se les pregunta sobre las expectativas para este verano no se atreven a pronunciarse, porque saben que las condiciones pueden cambiar de un día para otro. «Todo indica que la situación va a mejor, pero ¿mejor con respecto a qué? El año pasado tuvimos una serie de medidas que este año son exactamente las mismas en cuanto a limitación», explica Cueto-Felgueroso. Esperan que todo mejore «cuando aumenten las vacunaciones entre la población», señala Vigil.
No obstante, las últimas decisiones de la Consejería de Salud suponen un balón de oxígeno. El Principado ha decidido aumentar los aforos al 75% y también el número de participantes en actividades grupales, que ahora los sitúan en un máximo de 30 personas. Asimismo, se amplía el uso de duchas, de manera que puedan tener en servicio «una sí y una no». También habrá más público en las gradas.
En estos seis clubes, sus principales actividades deportivas se celebran al aire libre. A pesar de ello, tuvieron que mantener las instalaciones cerradas a cal y canto durante unos cien días y el resto del tiempo, con unas actividades muy reducidas.
Solo en el Chas no se cerró, ya que era necesario que los caballos se movieran todos los días. Eso sí, únicamente podían acceder al recinto los socios que tuvieran a su animal estabulado. Quizá el club que menos se ha visto afectado sea el de Golf de Castiello. Y su presidente lo explica: «El golf es todo al aire libre y son grupos de tres personas los que juegan una partida. El único problema es que tenemos cerrados los vestuarios. La ocupación del club no se ha visto afectada, porque es un concepto muy distinto. Quizá seamos un caso atípico».