DANI BUSTO
GIJÓN.
Domingo, 22 de diciembre 2019, 02:15
Por un día, volvieron a ser como compañeros de aula y compartieron una distendida jornada llena de reencuentros y cargada de recuerdos. Fue para muchos de ellos como una «vuelta a casa» después de años, incluso décadas, sin haber recorrido los pasillos del colegio de ... la Inmaculada. La Asociación de Alumnos de esta institución celebró ayer la tradicional e histórica cita en el día del antiguo alumno. Un acto que reunió a unas 230 personas, pertenecientes a las promociones de los años 1959 (bodas de platino), 1969 (bodas de oro), 1984 (bodas de zafiro), 1994 (bodas de plata) y 2009 (bodas de bronce).
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Todos ellos recibieron su correspondiente medalla conmemorativa. Además, mención especial tuvo Victoria Sanz Moreno, perteneciente a la promoción de 1992, Antigua Alumna Distinguida de esta edición, que recibió la insignia de oro.
Instantes antes de recoger este galardón, la bioquímica gijonesa, que actualmente trabaja para el Instituto de Cáncer Barts, en Londres, aseguró que no había vuelto al colegio desde el año en el que terminó el Bachillerato, en 1992. Hace una pausa, mira hacia los ventanales que dan hacia el patio central y añade: «Es emocionante volver, lo recuerdo tal y como era, incluso más bonito que ahora».
Sobre el galardón entregado por el colegio, esta catedrática valora que recibirlo supone «un honor y un orgullo», y comenta que «los principios que se le inculcaron en la Inmaculada «siempre» los lleva consigo. La carrera profesional de Sanz Moreno se ha centrado en la investigación y la lucha contra el cáncer. Sobre esta cuestión, explica que «todavía queda mucho por hacer», pero muestra su confianza en que en los próximos años se produzcan nuevos avances que ayuden a paliar los riesgos de esta enfermedad.
Finalmente, antes de pasar al gimnasio, donde se celebró la entrega de galardones, la bioquímica aconsejó a los todavía alumnos del colegio que «persigan sus sueños» y que si «hay algo que les apasione y que les guste, que no se rindan».
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Después llegó el turno de las intervenciones, en las que tomaron la palabra Víctor Rodríguez Blanco, presidente de la Asociación de Antiguos Alumnos, y el sacerdote Pedro García Vera, superior y delegado de la Plataforma de Asturias de la Compañía de Jesús, para destacar que el Inmaculada «tiene un gran legado».
Durante el acto también se reconoció con el galardón de Amigos de la Asociación a Carlos Pérez Álvarez y José Manuel Peco García, por su «incansable labor» realizada en favor de la institución. Tras la entrega de las medallas se dio paso a la sesión fotográfica, en la que cada promoción volvió a reunir a sus integrantes, un poco más veteranos, pero con la misma sonrisa que el día en el que dijeron un 'hasta pronto' al colegio de la Inmaculada.
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