El PP cierra su círculo ocho años después

Ocho años después es el presidente aupado por la propia Fernández quien ve cómo el PP regional pone en marcha, a través de su comité de derechos y garantías y previa denuncia de una mayoría de los miembros de la junta local, un proceso que podría desembocar ya la próxima semana en una suspensión de sus funciones, basada en «incumplimientos estatutarios» y en una actitud desde las últimas elecciones municipales que, según los críticos, ha tenido «mudo» al partido en Gijón -más allá de la actividad ordinaria del grupo municipal-, con un responsable que no convoca a los órganos internos con una mínima periodicidad y una sede carente de actividad, cerrada la mayor parte del tiempo y que ni siquiera se puso a disposición del candidato a a Alcaldía durante la campaña de 2019. Curiosamente, de darse ese paso quien quedaría a cargo de forma temporal de las tareas propias de la presidencia, en su calidad de secretario general, sería Pablo González, quien compartió grupo municipal con Fernández Pardo entre 2003 y 2011 y que desde la última campaña electoral municipal y autonómica fue uno de los principales apoyos en Gijón de la actual presidenta regional de los populares, Teresa Mallada, con quien comparte grupo parlamentario en la Junta General del Principado.

En los movimientos de los últimos días también ha jugado un destacado papel otro excompañero de Fernández Pardo en el Ayuntamiento, Pedro Muñiz, uno de los impulsores de un crítico documento que Marín no permitió votar en la junta local celebrada hace diez días y que a la postre desencadenó el proceso para pedir que sea apartado de su puesto. Mientras, la presidenta regional, Teresa Mallada, hacía pública una reunión con la expresidenta cesada hace ocho años al tiempo que admitía el «error» cometido entonces.

Durante estos ocho años el PP pasó por un congreso anulado por sentencia judicial -en el que había sido elegido presidente David González Medina-, otro que la justicia también puso en duda en primera instancia pero que finalmente ratificó como válido y dos campañas electorales en las que no superó los tres concejales y cayó al quinto puesto en número de votos -además de perder cualquier capacidad de influencia sobre el gobierno local-. En la última de ellas el presidente local, que aspiraba a optar de nuevo a la Alcaldía, denostó públicamente la decisión de Génova de «imponer un candidato que ni es de Gijón» y se enfrentó abiertamente a él a la hora de diseñar el resto de la candidatura.