«Somos pocos, pero se nos va a ver bien»

Ya hace cinco años que un grupo de amigos de Ceares decidió poner en marcha su propia charanga. Ahora son un total de 25. «Somos una charanga de aquí del barrio. No vamos con grandes expectativas porque es difícil competir con grupos de sesenta personas, lo que queremos es pasarlo bien», señalan. No obstante, echan en falta es «más implicación» por parte de la gente del barrio. «Pusimos carteles, avisamos a conocidos, pero no se animan. La gente quiere irse a las charangas grandes, es normal. Pero las pequeña necesitamos apoyo», relata Ruiloba.

Aunque ser un grupo con pocos miembros tiene una gran ventaja y es que son «como una gran familia». «Cuando se juntan muchas personas siempre acaba habiendo algún problema y malos rollos, pero aquí nos llevamos todos de maravilla», señalan. Para ellos, eso de malos rollos no cuadra con su idea de esta fiesta. «El Carnaval es para reunirse, celebrar, reír... Para pasarlo bien», señala Ruiloba.

Esa inclinación de aquellos que se animan a participar en una charanga por irse a las más grandes les preocupa especialmente. «Lo entendemos, pero al final nosotros tenemos que seguir adelante de algún modo», recalcan. En cuanto al disfraz que lucirán solo pueden adelantar «que llamará la atención». Y las letras que entonarán sobre el escenario del Jovellanos «no dejarán indiferente a nadie». Desde la más ferviente actualidad hasta temas tan concretos como los coches antiguos, además de la presentación de la propia charanga. «No pretendemos hacer un lujo de actuación, pero queremos que la gente entienda que somos los que somos».

La pandemia, lejos de deshacer el grupo, hizo que ahora estén más unidos que nunca y que afronten este Antroxu de 2022 con una ilusión especial. «Vamos con la misma fuerza y los ánimos que siempre tuvimos, lo que queremos es pasarlo bien», describen. A pesar de que llevan cinco años formando la charanga solo se subieron a las tablas del Jovellanos en 2018. «Decían que no querían apuntarse al concurso, pero yo les dije que ni hablar. Que este año, acojone lo que acojone, tenemos que ir», remarca Ruiloba. Aunque no estén enfocados en ganar la competición, el esfuerzo está al máximo nivel. «Ya no me quedan huellas dactilares de pegar cosas con silicona», ilustra Ruiloba.

Para estas cosas «siempre se necesita más tiempo», pero Los Cruzaos ya están «dando los últimos coletazos» para dejar boquiabierto al público. «Estamos muy nerviosos, son los últimos remates ya», reconocen. En cuanto a la continuidad de la charanga, lo tienen claro: van a seguir «como sea». «Hay gente que se apuntó y luego, cuando cogen el ritmo, se van a otras más grandes», exponen. Además, aunque hay pocos jóvenes en el grupo, cuentan con «la nena más folixera». Adara, que esta semana cumplió seis meses, es la benjamina mas charanguera de Los Cruzaos.