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O. SUÁREZ
GIJÓN.
Domingo, 17 de diciembre 2017, 01:12
«Pasar por estas aulas, en mi caso desde parvulitos hasta el PREU, deja una impronta muy especial que te acompaña durante toda la vida. Cualquier reconocimiento es de agradecer, pero éste en concreto me hace sentir honradísimo». El empresario Luis Adaro de Jove fue ... ayer nombrado Antiguo Alumno Distinguido del colegio de la Inmaculada durante el tradicional encuentro organizado por la Asociación de Antiguos Alumnos para hacer pervivir «el virus jesuítico», como definió el padre Inocencio Martín el sentimiento de pertenencia a 'el colegio', «una segunda o incluso primera casa».
Víctor Rodríguez, presidente de la asociación, tuvo un recuerdo especial para el padre Gumersindo Treceño, fallecido el pasado octubre a los 104 años, después de 71 vinculado al centro gijonés. «Fue el religioso que más tiempo ha estado vinculado al colegio y también el que más años ha estado en la Compañía de Jesús», apuntó. Mención entrañable tuvo también el padre Patxi Cuesta, profesor y entrenador de baloncesto de muchos de los que participaron en el emotivo acto, «el más multitudinario de los celebrados en los últimos años», fallecido en noviembre.
La nostalgia y los reencuentros fueron los protagonistas de la reunión de las promociones de 1957 (los más veteranos, los que cumplen 60 años desde su graduación), de 1967 (bodas de oro), 1982 (bodas de zafiro), 1992 (bodas de plata) y 2007 (bodas de bronce). En representación de los alumnos que en 2017 cumplen los 25 años desde que concluyesen COU, intervino el periodista de EL COMERCIO Marcos Moro, quien leyó un texto elaborado conjuntamente con María de Álvaro, jefa de Edición de este periódico, quien no pudo acudir al acto por su reciente maternidad.
«Los árboles solo crecen si conservan sus raíces: pues las nuestras están aquí. Aquí hicimos amigos y amigas para siempre, hermanos y hermanas de colegio, algunos incluso construyeron sus familias», dijo Moro, no sin antes recordar a los profesores y compañeros que «forman parte de quienes somos, en nuestras casas y fuera de ellas, porque son muchos los que han querido o se han tenido que ir fuera».
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