Castiello suspende la primera gran fiesta de prau del verano

Los responsables de la fiesta toman la decisión a raíz de la incertidumbre generada por la crisis sanitaria. El presidente de la comisón, que no esconde su «disgusto terrible», cree que seguir adelante con la organización hubiera sido inútil puesto que tiene serias dudas de que se puedan celebrar este tipo de fiestas en los próximos meses.

La suspensión ha obligado a anular los compromisos, apalabrados pero no rubricados, con las orquestas y con la empresa que gestiona las barracas. El proceso de financiación de las fiestas aún no había comenzado, por lo que no tendrán que devolver el dinero ni a los socios de la comisión, ni tampoco a los vecinos, o a los propietarios de los bares que patrocinaban las fiestas.

Las fiestas de Castiello habían sido las primeras en prohibir el botellón y contratar seguridad privada para evitar conflictos. El año pasado, la comisión valló el prao y la Policía Local y la Guardia Civil desplegó un gran dispositivo de seguridad. «Ha sido otro mundo; hemos reducido el botellón en un 90% y estamos encantados», declaró el presidente de la comisión.

Las fiestas de San Miguel, que tienen un carácter más vecinal y se celebran en septiembre, todavía no se han suspendido, pero podrían seguir el mismo camino que las patronales. Por el momento, las de junio quedan suspendidas sin oportunidad de aplazamiento.