Carmen Moriyón tiende la mano a los consensos y a tener los despachos abiertos

No se habló mucho de las fuerzas que componen el pacto -ni Foro ni PP mencionaron a Vox en su discurso- pero sí de cómo el centroderecha había sido muy mayoritario en votos las urnas, convirtiéndose, por tanto, en un compromiso para cerrar un gobierno. Y todo ello, a pesar, como señaló Jesús Martínez Salvador de que «muchas personas han intentado boicotear el pacto». Frente a ello, reivindicó que «los votos de los gijoneses decidieron que donde se encontraba la mayoría política de manera holgada es en el centroderecha».

Así fue y así se reflejo en la votación de ayer. A pesar de que la izquierda lo intentó hasta el último minuto, los números son los que son: Foro, PP y Vox suman 15 concejales; PSOE, IU y Podemos, 12. Tanto Floro como Javier Suárez Llana y Olaya Suárez hicieron una última apelación al resto de la Corporación refiriéndose al «pacto de la vergüenza» e instando al retomar el diálogo entre todos para dejar fuera a Vox. En su discurso, Jesús Martínez Salvador pidió «a los siete concejales de los grupos municipales que van a formar gobierno con Foro y también a mis compañeros, aprovechemos que los gijoneses nos han dado una oportunidad de hacer las cosas».

Porque sí, la realidad es tozuda. Lo que dijeron las urnas fue lo que acabó por producirse. La votación, secreta, entre Floro y Carmen Moriyón, fue rotunda: 15 frente 10 con dos abstenciones, las de Izquierda Unida. La apertura de las papeletas le correspondió a la concejala de Podemos, Olaya Suárez, como integrante de la mesa de edad, visiblemente emocionada conforme avanzaba el recuento.

Lo del Pleno, sin la emoción de dejarlo todo para última hora, aunque por los pelos, fue protocolario. Con un Gijon, que en lo meteorológico amaneció muy nublado, una sucesión de promesas y juramentos, en castellano y asturiano, una de las curiosidades de estas citas. Ver quienes lo hicieron en asturiano. Fueron cuatro: Montserrat López Moro y Gilberto Villoria por Foro, el socialista José Ramón Tuero y la concejala de IU, Noelia Ordieres, quien alargó su frase «en defensa de la clase trabajadora». De lo otro, las promesas doblaron a los juramentos, que se concentraron en el PP (excepto Ángela Pumariega), Vox, y los foristas Pelayo Barcia y Nuria Bravo.

De los turnos de intervención que precedieron a la votación, los bloques ideológicos, izquierda y derecha, fueron claros. Arrancó Olaya Suárez, por Podemos, que dijo que «ahora toca pelear más que nunca ante los retrocesos que vamos a vivir» en vista de que «Carmen Moriyón prometió no pactar con la ultraderecha y ahora sí va a hacerlo».

El concejal de Izquierda Unida, Javier Suárez Llana, hizo uno de los discursos más valientes, emotivos y, probablemente, difíciles para él. Señaló que, por primera vez, se ve en la obligación de hablar de su condición sexual pero lo hace «ante los que hoy quieren convertir a Gijón en una ciudad del odio». Se refirió al pacto con Vox como el de «el inicio de un proceso de involución» y cargó contra el PSOE, que por momentos convirtió o así dio a entender, en su rival a batir, por rehuir del diálogo y practicar «una política de tierra quemada». De hecho, aquí, aprovechó para elogiar el trabajo de Ana González. A modo de curiosidad: no hubo referencia explícita a su antecesor, Aurelio Martín.

El bloque de izquierdas se completó con el candidato del PSOE, Luis Manuel Flórez, Floro, que mostró una ira que pocas veces se le vio en campaña y que chocó al tratarse de un pleno que tenía un marcado carácter institucional. Encadenó acusaciones hacia Carmen Moriyón del tipo «ha contribuido a dinamitar la digna labor de los representantes públicos», «el primer día ya traiciona a su ciudad, ¿a quién traicionará el segundo?» o «van a vender el patrimonio público de los gijoneses».

Por el bloque de la derecha, la concejala de Vox, Sara Álvarez Rouco, habló de «oportunidad histórica para hacer cumplir su programa» y pidió que «prime el respeto, sin crispación y con la puerta abierta para el avance que se necesita».

La líder popular, Ángela Pumariega, enarboló que «Gijón deje atrás la políticas de izquierdas en Gijón». También defendió su programa electoral , y que «será la primera vez que el PP participe en el gobierno local» agradeciendo a todos los militantes que, desde hace década, «llevan peleando por ello».

Por parte de Foro, Jesús Martínez Salvador, ensalzó los logros de Foro entre 2011 y 2019 en el gobierno, y subrayó que «buscaremos consensos de ciudad, tendremos la puerta abierta siempre de nuestros despachos porque no haremos lo que no nos gustaba que nos hicieran a nosotros».

La votación, precedió a la entrega del bastón de mando, de Ana González, en primera fila del salón de plenos, a Carmen Moriyón. Fue breve. Dijo que uno de sus principales objetivos es «un cambio hacia el progreso» una vez que «el centroderecha ha conseguido una auténtica mareona». Se reivindicó heredera de Jovellanos y Melquíades Álvarez, y se comprometió a «no defraudar la confianza depositada, cueste lo que nos cueste». Todo acabó. ya con Moriyón sentada de nuevo presidiendo el pleno con un «Se levanta la sesión». Y de ahí al despacho. Al que ya conoce bien de hace cuatro años, para reunirse con la secretaria e interventora municipales.