Buenas noticias para todos. Tras la asamblea de trabajadores convocada este lunes por el comité de empresa del Hospital de Jove para que la plantilla determinase si aceptaba o no la propuesta que realizó la gerencia en la última negociación del convenio el pasado viernes, en la que el personal decidió dar su visto bueno, el comité volvió a reunirse con la dirección de la Fundación.
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Parecía que finalmente todo iba a llegar a buen puerto. Y así fue. Los trabajadores del hospital han firmado un preacuerdo con la gerencia para renovar el convenio colectivo incluyendo un aumento de la plantilla y mejoras retributivas que «se acercan» a la homologación de condiciones con el Servicio de Salud del Principado de Asturias (Sespa). Se pone así fin a un conflicto que se activó hace un año y medio –tras el vencimiento del convenio colectivo en 2022– y que en los últimos tres meses se había recrudecido con las movilizaciones y medidas de presión adoptadas por los trabajadores para exigir las mismas condiciones salariales y de plantilla que tienen el resto de hospitales de la red pública asturiana. Todas las acciones reivindicativas que estaban previstas quedan desconvocadas: ya no habrá encierro, ni huelga, ni nada. La vida en el Hospital de Jove vuelve por fin a la normalidad.
Aunque no alcanza las pretensiones iniciales del comité, como indicó su presidente, Marcos Bernardo, el pasado viernes a EL COMERCIO, el preacuerdo introduce mejoras considerables de la situación actual con carácter retroactivo desde 2023. Por un lado, da luz verde a un aumento retributivo que se materializará en una subida salarial del 2% anual hasta 2027. «No llegamos a igualar las condiciones del Sespa, pero estamos bastante cerca», señaló Bernardo. Asimismo, se establece la homologación de todas las categorías profesionales respecto al Sespa, el reconocimiento de la antigüedad laboral y, hasta 2027, los cuatro tramos de carrera y desarrollo profesional (es decir, complementos salaries) de los que se benefician el resto de trabajadores de la sanidad pública asturiana.
Por último, también han conseguido una de las demandas más esperadas: este mismo año se incorporarán 25 nuevos profesionales a la plantilla del hospital. Esta era una cuestión de vital importancia para los trabajadores, cuya ratio de profesional por cama se sitúa en un 2.5 frente al 4.5 que presenta el Hospital de Cabueñes.
Conscientes de que probablemente no se habría alcanzado una solución tan 'rápida' de no ser por el apoyo de la ciudadanía y las instituciones, el presidente del comité quiso agradecer el esfuerzo de «todos los partícipes, tanto asociaciones de vecinos como de jubilados», que se han volcado con la causa para que la zona oeste de Gijón y Carreño reciban la misma calidad asistencial que el resto de Asturias.
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Lo hace extensivo a «todos los partidos políticos de Gijón y Carreño, sus respectivos alcaldes, los grupos parlamentarios» y, por supuesto, «al gerente del Sespa, Aquilino Alonso, a la directora Económico-Financiera, Elena Garzo, y al viceconsejero de Política Sanitaria, Pablo García, por mediar en el conflicto».
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