Laureano Lourido Artime, en la sede portuaria. DAMIÁN ARIENZA
Gijón

El cambio en la presidencia de El Musel abre una nueva etapa con la descarbonización como reto

Tras nueve años en el cargo, Laureano Lourido dejará el Puerto semanas después de la venta de los terrenos de Naval Gijón al Ayuntamiento

Carlos Amado

Gijón

Viernes, 17 de enero 2025, 01:00

Cinco semanas después de la firma de la compraventa de los 35.000 metros cuadrados y la cesión gratuita de otros del antiguo astillero de Naval Gijón que pertenecían a la Autoridad Portuaria con el Ayuntamiento para el desarrollo de uno de los proyectos ... estrella del Gobierno de Carmen Moriyón, ha trascendido que Laureano Lourido abandona la presidencia de El Musel. El trámite, que se resolverá formalmente en una próxima reunión del consejo de administración de la Autoridad Portuaria, cierra una etapa de poco más de nueve años de gestión, marcada por las dificultades económicas de las deudas procedentes de la ampliación y por los vaivenes en la economía y los tráficos. La descarbonización de la economía regional y su impacto en la actividad portuaria será el gran reto de El Musel para los próximos años.

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El final de la etapa de Lourido ya ha coincidido con un marcado descenso en el tráfico de graneles, con menos toneladas de carbones y mineral de hierro desembarcadas, debido a la pérdida de peso de la siderurgia y las centrales térmicas en el entramado económico de la región. También la gestión medioambiental y la contaminación han marcado la etapa de Lourido, con protestas del movimiento vecinal contra la instalación de algunos proyectos empresariales e incluso el propio PSOE local reclamando al Puerto la implementación de medidas para evitar que el carbón acabara en la playa de San Lorenzo.

El papel de Adriana Lastra

Lourido, capitán de la Marina Mercante, llegó a la presidencia del Puerto en septiembre de 2015, nombrado por el Ejecutivo de Javier Fernández para sustituir a Rosa Aza. Lo hizo avalado por una experiencia de 25 años a pie de muelle, con cargos en la Administración y en la empresa privada, pero sin salir de El Musel. Entre otros cargos, fue responsable de Explotación de la Autoridad Portuaria y su siguiente etapa profesional fue en la empresa privada, como responsable en Gijón de Algeposa y de Actividades Generales Portuarias (AGP), empresa consignataria y estibadora que gestiona el embarque de los productos siderúrgicos de Arcelor. También estuvo tres años al frente de la principal terminal del puerto gijonés, la European Bulk Handling Installation (EBHI), que fue la parte del puerto que más creció en tráfico y resultados positivos durante el mandato de su antecesora Rosa Aza.

La llegada de Adrián Barbón al Gobierno asturiano no supuso un relevo en la Autoridad Portuaria, cuyo presidente es nombrado por el Gobierno autonómico con el visto bueno de Puertos del Estado. Sin embargo, en esta segunda legislatura, las relaciones entre el Ejecutivo regional y Lourido fueron tensionándose y, según apuntan algunas fuentes, la llegada de Adriana Lastra a la Delegación del Gobierno y, por tanto, al Puerto como vocal, habrían sido el detonante para que Lourido decidiera dejar un puesto en el que ya no se sentía respaldado por el Principado.

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Lourido deja el Puerto con varios proyectos ya consolidados que supondrá la ocupación de más de 655.000 metros cuadrados de la ampliación. El más importante es el de Umicore, que quiere ocupar una superficie de 455.141 metros en la ampliación de El Musel para la construcción y explotación de una instalación industrial para la recepción de materias primas, elaboración de productos intermedios para la fabricación de baterías para vehículos eléctricos y expedición de los mismos por vía marítima y terrestre. Este proyecto supone una inversión total de 1.497 millones de euros.

Una particularidad del proyecto es que ocupará terrenos frente al pantalán del Muelle Torres, pero no se incluirá en la concesión, ya que lo necesitará otro proyecto importante a ubicarse en el valle de Aboño. Es el de HyMet Musel, que ocupará 41.224 metros cuadrados para la construcción y explotación de una planta para la producción de metanol en la explanada de Aboño (hay 160.000 metros cuadrados para posibles ampliaciones).

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También en la ampliación, se va a construir y explotar un centro logístico industrial para la producción, ensamblaje y logística de elementos destinados a instalaciones eólicas marinas y elementos accesorios, plateado por la empresa Zima.

Trayectoria vinculada al puerto de un capitán con perfil serio y profesional

Capitán de la Marina Mercante y máster en Gestión Portuaria por la Universidad de Comillas, Laureano Lourido Artime (Nubledo, Corvera, 1959) ha decidido poner fin a una etapa más larga de lo que al principio él mismo había planeado como máximo responsable de El Musel, a cuya presidencia llegó pensando como mucho en ocho años de gestión para afrontar los múltiples retos de la principal infraestructura de la región, que debía dar utilidad a una faraónica ampliación no exenta de polémica y flecos judiciales y económicos.

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De carácter afable, serio y profesional, su figura genera respeto en los distintos sectores de su ámbito profesional, que ha sido mayormente El Musel, donde también desempeñó responsabilidades en algunas de las empresas portuarias tras 27 años en empresas estibadoras. Cuando el entonces jefe del Ejecutivo regional Javier Fernández lo alzara a la presidencia del Puerto, Lourido era el gerente de la terminal de graneles sólidos (EBHI), cuando esta instalación movía aproximadamente el 80% del tráfico marítimo del puerto gijonés. Hasta 2012 también había sido gerente de Actividades Logísticas Portuarias (AGP).

Optó a la Cámara

En esa etapa, todavía hay quien recuerda en el seno de la Cámara de Comercio de Gijón, torciendo un poco el gesto, que Lourido fue quien optó por disputar la presidencia a Félix Baragaño en 2011, en un proceso electoral ya cargado de tensiones internas por el incumplimiento de Luis Arias Velasco del pacto que tenía suscrito con Baragaño para relevarse en el cargo. Pero ya elevado a la máxima responsabilidad en el Puerto, es difícil encontrar en el ámbito portuario quien deslice críticas al hablar del desempeño profesional de Lourido, que accedió a la presidencia con el objetivo de «que los gijoneses se vuelvan a sentir orgullosos de su puerto». Y probablemente es lo único que no ha conseguido.

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A diferencia de otros presidentes del Puerto, Lourido no se ha convertido en una persona conocida ni reconocida por los gijoneses, que no han visto ni oído a Lourido en asuntos tan trascendentales como la contaminación de la zona oeste de la ciudad y sus implicaciones en la salud de las personas. El Puerto también ha esquivado o se ha puesto de perfil cuando el Ministerio de Transportes dio carpetazo al proyecto soterrado de vial de Jove para acceder a El Musel comprometido antes de las últimas elecciones locales y autonómicas. La ciudad se unió en una respuesta, sin saber lo que pensaba su puerto.

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