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EUGENIA GARCÍA
GIJÓN.
Domingo, 27 de junio 2021, 01:27
El amor, el respeto y la tristeza que ayer sentía todo un barrio, el de La Calzada, no cupo en la iglesia parroquial de Fátima. Tantos vecinos, amigos y familiares quisieron despedir a Teresa Prada, la presidenta de la asociación vecinal Alfonso Camín, ... que algunos se vieron obligados a mostrar desde fuera del templo su cariño hacia quien fuera la primera presidenta de la Federación de Asociaciones de Vecinos, fallecida a los 62 años a causa de una grave enfermedad que, desde el diagnóstico, le dio apenas unos meses.
No fueron suficientes. «Estoy en 'shock' todavía», reconocía el presidente de la asociación de vecinos Atalía de El Natahoyo, Álvaro Tuero. «Era una mujer maravillosa: la primera presidenta, una todoterreno, reivindicativa», describía con tristeza. Codo con codo trabajaron en ambas asociaciones y ella, garantizaba Tuero, «nunca te dejaba tirado».
En el funeral, oficiado por el párroco de Santa Olaya, Fernando Díaz -quien excusó la ausencia de Eduardo Zulaiba- reconoció también el esfuerzo, el tesón de una luchadora por mejorar su barrio. «Su vida tuvo sentido sirviendo a los demás desde la asociación de vecinos, y será ese amor y servicio lo que quede en el recuerdo y la memoria de todos los que la conocisteis». Al finalizar el responso, un aplauso espontáneo secundó sus palabras.
Durante medio siglo, Esperanza Fernández Puerta, quien fuera edil de Servicios Sociales durante el segundo mandato de Paz Fernández Felgueroso, fue vecina de planta de Teresa. «La vi crecer, casarse, tener hijos», rememoraba ayer, y en todo ese tiempo la conoció como «una persona extraordinaria, volcada en los demás». «Era la perfecta matriarca, volcada en los suyos y en que los de alrededor estuvieran bien», describía a las puertas de la iglesia. Desde los más cercanos, sus hijos Víctor y Pablo, a todo su barrio. «En la asociación de vecinos y todo aquello que emprendía ponía gran vehemencia y fuerza, defendiendo su postura hasta el final aunque aquello le generara alguna enemistad», destacaba. Esa pasión la llevó a defender el soterramiento de las vías hasta La Calzada y, unida a su carácter afable y «muy sociable», a impular la hoguera de San Xuan y su posterior fiesta.
«Es una pérdida muy importante para el barrio, era una mujer muy vital y muy reivindicativa», lamentaba la concejala Natalia González. Acudieron también a las exequias el actual presidente de la FAV, Manuel Cañete, el veterano exconcejal Manuel Arrieta o la exdirectora del teatro Jovellanos, Teresa Sánchez, quien recordaba con cariño a su tocaya. «Llegaba y lo conseguía todo, me convencía. Siempre de buenas maneras, siempre amable», ambas se felicitaban mutuamente cada 15 de octubre.
En los últimos tiempos se había revelado además como una fantástica abuela, «era 'la Yeya'», y verla con su nieto Jaime, su ojito derecho, era «un amor». Así lo aseguraban también sus amigas Yolanda Pérez y Loli Matilla, que remarcaban que «era muy buena madre y excepcional amiga, muy leal». A Teresa Prada, que hizo suyo el barrio de La Calzada, «no se le ponía nada por delante».
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