Caldones cierra unas fiestas de récord

Durante la tarde, los más pequeños fueron los principales protagonistas de la última jornada de las fiestas en el prau de La Rebollada. A partir de las cinco de la tarde, más de doscientos niños participaron en carreras de sacos, tiro de soga y lucha asturiana, «como viene siendo habitual», señaló Eduardo Alcácer, representante de la comisión de festejos.

Una de las ventajas con las que contó la actividad fue el buen tiempo, que permitió que las pruebas de agua «se convirtieran en las favoritas para los niños», a pesar de que el prau aún estaba mojado por la lluvia que había caído la noche anterior. Los pequeños, equipados con pistolas y calderos de agua, disfrutaron a la par que lograron refrescarse. Hugo Rodríguez, de siete años, fue uno de los primeros en apuntarse, ya que «va todos los años», y esta vez no iba a ser menos. Participó en todos los juegos, y al final se quedó con uno de los balones de fútbol que regalaba la comisión de festejos, que también repartió entre los presentes varias bolsas de plástico reciclable y pequeños contenedores con el objetivo de que «la actividad sirva para que aprendan a convivir, y por eso no hay ganadores ni perdedores», explicó Alcácer. Antes de marcharse con sus padres, los niños merendaron juntos chocolate y zumo de naranja.

Por la noche, tuvo lugar el reparto del bollu, que incluía en el menú una botella de vino y otra de sidra, así como tapas variadas, entre ellas, de cordero a estaca. La actividad fue todo un éxito al reunir a «más de 300 comensales» que habían reservado mesa un día antes. Los organizadores destacaron «el récord de asistencia» a los festejos. Las fiestas terminaron con una verbena amenizada por la orquesta Assia y la discomóvil Vas a Bailar como colofón.