Una caja abandonada motivó el amplio despliegue policial del Polígono de Pumarín, en Gijón

El amplio despliegue policial en el Polígono de Pumarín, en Gijón, de la tarde de ayer viernes tuvo su origen en un paquete abandonado y que levantó las sospechas de los testigos. Se trataba de una caja de cartón de un calefactor, tapada con una bolsa de plástico y atada con un cordel. Permaneció atada a la verja de un negocio varias horas sin que nadie la reclamase ni acudiese a buscarla.

Tras la alerta ciudadana se dispuso un operativo para determinar si contenía un artefacto explosivo o sustancias estupefacientes. Intervinieron efectivos de las Brigadas de Seguridad Ciudadana, Información, Judicial, de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) y guías caninos, a lo que se sumaron agentes de la Policía Local. Se activó el protocolo pertinente para determinar si el paquete contenía alguna sustancia inflamable, se acordonó la zona y se prohibió el paso a los vecinos y viandantes hasta que se comprobó que no había explosivo y que, efectivamente, se trataba de un calefactor. Los agentes se lo llevaron para analizarlo en profundidad.

La amplia presencia policial levantó una gran expectación en el Polígono de Pumarín, que hace apenas cuatro meses vivió una escena similar cuando la Policía liberó a una persona que tenían retenida en un piso por un asunto de drogas.

Se da la circunstancia de que hace escasas semanas se producía un incidente similar a orillas del Piles, en la avenida del Doctor Fleming. El hallazgo de una lata de bebida manipulada motivó un amplio despliegue de los Tedax, cuyos agentes también descartaron en esa ocasión que fuese un explosivo.

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