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Tenía amigos y muchos. El tanatorio era esta tarde un hervidero de personas muy cercanas al carismático hostelero Florentino Gordillo, Floro, que fallecía el pasado sábado de forma repentina.
Sus compañeros, amigos y familiares no pueden contener las lágrimas desde que se dio a ... conocer la noticia y por ello, dadas las medidas marcadas por la covid han organizado un acto que se espera sea multitudinario, para darle este lunes el último adiós.
Una cadena humana, que partirá desde la entrada de la Laboral y bajará hasta el Jardín Botánico para regresar hasta la puerta del tanatorio, es el postrero homenaje que quieren hacerle todos cuantos lo han conocido y querido. Será a las doce del mediodía, una hora antes del funeral, que se celebrará en el propio tanatorio. El coche fúnebre saldrá desde las instalaciones funerarias y hará todo el recorrido.
Hosteleros y amigos se reunieron esta tarde, aún conmocionados por la noticia, entre ellos, varios de los que ayer encontraron el cuerpo sin vida en el domicilio del hostelero. Su ausencia del trabajo y el no responder a las llamadas telefónicas hizo saltar la alarma.
Su único hermano, Jose, recibió la noticia en Zamora adonde se había desplazado esa misma mañana para pasar el puente. «Tuve un orgullo de hermano. No hay más que ver cómo lo quería la gente», se lamentaba.
Sandra y Laura, las dos sobrinas de Floro, muy afectadas, recordaban a su tío como «una persona buena y querida por todos». Y ese es el sentir general: «Un hombre bueno, que unía a todos y se encargaba de organizar comidas y eventos para confraternizar».
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