![Los hermanos de 'Luisín' piden salir de prisión cuando se confirme el ADN](https://s2.ppllstatics.com/elcomercio/www/multimedia/2025/02/09/luisin-kNNE--1200x840@El%20Comercio.jpg)
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Los hermanos de 'Luisín', el hombre discapacitado cuyo cuerpo fue arrojado a una cuneta en Somiedo hace diez años, solicitarán su salida de prisión una vez que las pruebas de ADN certifiquen el parentesco. Los abogados de los acusados de cobrar ... la pensión y la ayuda a la dependencia (unos 3.000 euros al mes) durante diez años tras deshacerse del cadáver presentarán recurso ante la jueza de Instrucción número 4 para que se conceda la libertad provisional.
Alegan que no existe riesgo de fuga, si bien tanto la fiscalía como la jueza tomaron la medida cautelar para el hombre y la mujer debido a que, supuestamente, intentaron huir a Francia cuando se supieron perseguidos por la justicia y las fuerzas de seguridad. Fueron interceptados en el País Vasco. Sobre ellos pesaba una orden de búsqueda y captura por un delito de detención ilegal, ya que tras los numerosos requerimientos por parte del juzgado para que llevase a su hermano a valorar de nuevo su discapacidad, se les retiró la custodia.
Los dos hermanos, Enrique y Enriqueta J. C., habían asumido la custodia de 'Luisín' en 2014, tras el fallecimiento de sus padres. Según la declaración que hicieron en el juzgado, atendían a su hermano «durante 24 horas, día y noche porque no se le podía dejar solo en ningún momento». De hecho, dijeron que no trabajaban fuera de casa porque no podían dejarle solo. Había nacido con una severa parálisis cerebral y vivía postrado en una cama. No se levantaba, comía a través de una sonda, se comunicaba con sonidos guturales y no podía ni caminar, ni apenas oír ni ver.
Fue pocos meses después de quedar a cargo de sus hermanos cuando murió por causas naturales, derivadas de sus patologías. Tenía entonces 55 años. Enrique y Enriqueta se escudaron en que no tenían dinero para el sepelio para explicar ante la jueza lo que hicieron: lo envolvieron en una manta y condujeron a 150 kilómetros de Gijón para arrojarlo a una cuneta en Somiedo. Fue encontrado días después por unos excursionistas. Durante una década la Guardia Civil trató de identificarle, mientras sus hermanos cobraban su pensión y ocultaron a la administración y a la Justicia que 'Luisín' había muerto.
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