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LAURA MAYORDOMO
GIJÓN.
Lunes, 20 de febrero 2023, 02:48
El Hospital de Cabueñes acaba de incorporarse al amplio listado de centros que ya llevan a cabo el cierre de la orejuela (una parte de la aurícula izquierda del corazón), una técnica que permite reducir el riesgo de que un paciente con arritmia sufra una ... hemorragia cerebral (un ictus), digestiva o de otro tipo y además evita a ese paciente tener que seguir tomando un fármaco anticoagulante, como el sintrom. Hasta ahora, todos los pacientes del Área Sanitaria V que precisaban esa intervención eran derivados a Oviedo, al HUCA, el único hospital de Asturias que realizaba este procedimiento. Entre 2019 y 2021 fueron treinta los pacientes derivados desde Gijón. Sin embargo, a la vista de que el número de pacientes susceptibles de someterse a esta técnica va en aumento, los servicios de Cardiología y Neurología de Cabueñes plantearon a la dirección del hospital la conveniencia de empezar a realizar también aquí un procedimiento quirúrgico que lleva aproximadamente una década de recorrido.
El Servicio de Salud del Principado (Sespa) dio el visto bueno el pasado otoño y, tras la formación del personal, el 2 de febrero se llevaron a cabo las dos primeras intervenciones. En marzo prevén realizar otras dos. La estimación es que Cabueñes realice unos veinte cierres de orejuela al año.
La intervención está indicada para pacientes con fibrilación auricular y alto riesgo de ictus que ya hayan tenido algún evento de hemorragia o sangrado. También para los que siguen teniendo ictus pese a que siguen un tratamiento anticoagulante. Cada mes, un comité formado por cardiólogos intervencionistas, cardiólogos de imagen, neurólogos de la unidad de ictus, anestesistas y radiólogos decide, de manera colegiada, qué casos serán los siguientes en entrar en quirófano.
Estas primeras intervenciones se están llevando a cabo con la ayuda del presidente de la Sociedad Española de Hemodinámica, Ignacio Cruz, del Hospital Universitario de Salamanca. El paciente ingresa por la mañana y en cuestión de 24 horas se le da el alta y puede volver a casa.
El procedimiento, explica el cardiólogo de Cabueñes y responsable del programa José Miguel Vegas, es «muy similar a un cateterismo». Se realiza en la sala de hemodinámica y consiste en la colocación de un dispositivo, una especie de «paraguas metálico», que cierra la orejuela, la parte de la aurícula izquierda del corazón en la que se localizan el 90% de los trombos cuando se produce una arritmia. Con esa zona taponada y excluida de la circulación ya no se producen más coágulos de sangre que puedan implicar riesgo de ictus. Una vez superada la intervención, el paciente solo debe tomar una medicación antiagregante durante un tiempo y ácido acetilsalicílico (la marca comercial es Adiro) de por vida.
«El beneficio fundamental es que se reduce el riesgo de hemorragia y que evita tener que tomar una medicación (el anticoagulante) que no deja de ser un engorro», subraya Vegas, quien puntualiza que este no es un procedimiento «para el que no quiere tomar sintrom».
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