El buque 'Tramp Lady' continúa en el puerto con el carbón a bordo

En sus declaraciones por escrito, la compañía dijo haber cerrado las cuentas a 31 de diciembre de 2020 con 38 millones pendientes de pagar a sus proveedores pero subrayó que acumulaba también 66,7 millones que esperaba facturar a sus clientes. Pese al volumen de ambas magnitudes defendió su solvencia apoyándose en sus activos, capital social y líneas de crédito.

En la memoria anual del último ejercicio presentada ante el Registro Mercantil la empresa declara un periodo medio de pago de 48,75 días. En el informe de gestión que la acompaña, la sociedad asegura que «carece de riesgo de crédito, ya que la morosidad es inexistente, al estar la inmensa mayoría de cobros de clientes soportado por crédito documentario confirmado o pagaré garantizado». La auditora que examinó las cuentas determinó que «no existen riesgos significativos».

Los informes comerciales de servidores mercantiles como Einforma consultados la semana pasada estimaban en efecto una probabilidad de retraso en los impagos del 1,04%. Lo hacían pese a reconocer ya entonces que le constaban cinco anotaciones en el Registro de Aceptaciones Impagadas (RAI) por un total de 530.254 euros. La empresa declinó hacer comentarios sobre estas deudas.