El despliegue policial pone fin al botellón en Somió

No dejaron opción: controles en los accesos a Dionisio Cifuentes desde ambos sentidos. Cintas anulando los aparcamientos en toda la avenida. Cintas suprimiendo el uso de bancos y zonas verdes. Coches camuflados. Registros de los vehículos que querían acceder al vial (uno de ellos fue multado por no tener la ITV pasada). Un control exhaustivo que cortó de cuajo cualquier reunión multitudinaria. Donde otros miércoles había más de 300 personas en la vía pública, anoche, pasadas las once, había solo cuatro mesas ocupadas y alguna evasión previa a otros lugares. Un grupo de quince jóvenes, viendo el percal, llamó a varios taxis para derivar su cita hacia La Guía. «Esto es excesivo». «Esto es demasiado», decían. Otros hablaban de irse a Fomento. Lo cierto es que la aglomeración fue a todas luces inviable.

El malestar mostrado por los vecinos desencadenó las medidas extraordinarias para hacer cumplir la ordenanza. Seguridad Ciudadana instaló vallas ya desde primera hora de la mañana en la zona de bares para evitar el estacionamiento de vehículos a ambos lados. Solo permitió la carga y descarga para los establecimientos de hostelería y comerciales.

El botellón en Somió, que la propia alcaldesa vinculó al cierre nocturno de los bares por las medidas anticovid, ha suscitado las críticas de los hosteleros. «Sabemos que al Ayuntamiento le preocupan mucho los botellones, no solo por no cumplir las normas sanitarias, sino también porque generan molestias a los vecinos en ruidos, en basura, en desperfectos, en inseguridad.... Además, se está produciendo una creciente costumbre de acudir a los botellones y cuanto más tiempo pase, más difícil será de erradicar. Pero entendemos que los jóvenes después de año y medio necesitan salir y divertirse y no ser una generación de Glovo y Netflix», señala Ángel Lorenzo, presidente de la junta local de Otea. Por ello, exigen «al Gobierno del Principado la apertura del ocio nocturno, que haría que los jóvenes pudiesen divertirse en locales donde se cumplirían las medidas sanitarias. No es lógico que con el gran problema de botellones esté cerrado el ocio nocturno en Asturias y abierto desde hace semanas en otras comunidades como Galicia, Andalucía o Madrid, teniendo estas peores datos epidemiológicos que nosotros», añade el representante del gremio de los hosteleros.

La alcaldesa Ana González señaló, en una entrevista con EL COMERCIO, que la buena evolución de los datos de la pandemia en la región hacía pensar en una pronta modificación de las restricciones del horario nocturno de los bares. Las próximas semanas serán cruciales en ese sentido.

Desde la oposición, Jesús Martínez Salvador, de Foro Asturias, señaló: «Estamos todos de acuerdo en que hay que controlar el botellón y una ordenanza de convivencia que hay que cumplir, pero montar un dispositivo de esa magnitud sin informar siquiera a los vecinos y después de haber sido permisivos durante semanas nos hace pensar que no se está gestionando bien la situación».

Martínez Salvador se refería a las críticas de los vecinos por no haber sido informados sobre la prohibición de aparcar en Dionisio Cifuentes ayer y hoy. «Este gobierno local no puede seguir menospreciando a los representantes vecinales de los barrios de Gijón y tratándoles como convidados de piedra», añadió. Se prevé que el fin de semana y el miércoles vuelvan a establecerse dispositivos especiales en la zona.