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Viernes, 1 de octubre 2021, 01:01
Lo habrán visto, seguro, por todos lados donde crezca hierba. El trébol de flor blanca, llamado científicamente 'Trifolium alexandrinum', que convive hoy con el de flor rosa, 'Trifolium pratense', en la pradería asturiana. No era así en 1896, cuando EL COMERCIO presentó esta leguminosa, tan ... similar a la alfalfa que, a veces, recibía el nombre de 'alfalfa de invierno', como una «hasta ahora desconocida». Y, además, superior, por sus características, a la alfalfa común o al trébol de prado cultivado, tradicionalmente, en Asturias. «En la costa mediterránea se cultiva con el nombre de trébol de Alejandría», dijimos hace hoy 125 años. Y se hacía con espectaculares resultados.
Empezando por los tallos: más fuertes que el común. Alcanza el trébol de flor blanca 70 centímetros de altura, y, por tanto, «produce gran cantidad de forraje, aporta a los suelos abundante dosis de nitrógeno y hace desaparecer las malas hierbas. Una sola de estas circunstancias sería suficiente para que el agricultor que no la conoce la aceptase, incorporándola a sus sistemas de cultivo».
Si, para encima, se unían las tres, el valor era incalculable. ¿Comienza a entender el lector, pues, el porqué de su presencia tan habitual hoy?
Se trataba, decíamos, de una planta anual, desarrollada, especialmente, en el invierno, «siendo preciso para aprovechar toda su potencia vegetativa sembrarla a últimos de verano, aunque pueda retrasarse hasta marzo». Moría el trébol blanco cuando el trigo, «en junio o julio, y, por lo tanto, conviene sembrarla pronto, sobre todo si se ha de utilizar como forraje». Poco exigente y dada al suelo calizo, la alfalfa de invierno podía cortarse «de seis a ocho veces», suponiendo un alimento «agradable y nutritivo» para el ganado, pero también altamente productivo para el ganadero. «La comen muy bien el toro, el caballo, el cerdo y el conejo, y las vacas que toman este forraje segregan mayor cantidad de leche». Se cultivaba ya en Cataluña y Valencia, y en Asturias, decíamos, «no dudamos que se cultivará, obteniendo con ello la agricultura y la ganadería regional un señalado beneficio». Y hasta hoy.
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