ANA SOLÍS
GIJÓN.
Domingo, 23 de septiembre 2018, 02:40
Escoltados por un covoy motero de amigos y familiares, Rolando Martín y Carmen Reguera recorrieron las calles de Gijón antes de llegar a la plaza Mayor. Ayer fue el día más importante de sus vidas, el día de darse el 'sí quiero'. Y como buenos ... amantes de las motos que son estos dos gijoneses, sus vehículos no pudieron faltar en su original enlace. «Queríamos algo informal, tranquilo, que nadie se agobiara con trajes ni nada por el estilo. Que todos viniéramos como somos diariamente y que nos sintiéramos cómodos», explicó Rolando Martín.
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Pantalón y chaleco de cuero, gafas de sol y camiseta sin mangas, para él. Falda de vuelo, corsé morado y botas, para ella. Así se engalanaron los novios para unirse en matrimonio. Una ceremonia en la que el color negro y el cuero, además de los cascos, marcaron el código de vestimenta también de los más de cincuenta asistentes. Todos ellos tuvieron que acudir hasta el Ayuntamiento a pie. Era el 'Día sin Coches' y la fatal coincidencia, a pesar de que la ocasión bien lo requería, impidió que nadie, ni siquiera los novios, pudieran llegar hasta la puerta del Consistorio a lomos de sus vehículos favoritos. «Sabemos que se hace una vez al año y lo entendemos. No hemos podido entrar como teníamos pensado, pero hemos hecho el paseíllo. No pasa nada, lo mejor es pasarlo bien», comprendió Rolando. «Sí, eso no nos lo quitan», añadió Carmen.
Las motos tuvieron que dejarlas en la plaza del Marqués y sus inmediaciones, donde, tras la ceremonia oficiada por la concejala de Izquierda Unida Ana Castaño, el rugido de motores y los 'vivas' a los novios no dejaron de sonar.
Todo siguió sobre ruedas. Después de cientos de fotos, vídeos y exhibiciones moteras, Rolando, Carmen y sus amigos se desplazaron hasta Tazones para festejar la unión, unos en sus motos, otros, en el coche clásico. «Han venido amigos de todas partes; Toledo, Madrid, Valladolid... y queremos que conozcan el pueblo», señaló Carmen. El primer regalo que recibieron fueron unos cascos adornados con flores, que les entregó la madrina, Mariví. El segundo, un depósito para la moto de Rolando «aerografiado con motivos indios, los favoritos del matrimonio», aseguró Alfredo, el padrino. Un día repleto de felicidad y de alegría que será difícil de olvidar. La luna de miel, de momento, tendrá que esperar. No saben cuándo podrán hacerla, pero sí tienen claro que será en moto. «De momento no tenemos claro cuándo podremos, pero será una ruta en moto por España, visitando a los muchos amigos que tenemos repartidos por el país», confirmó el novio.
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