La 'Bang de Fujian' se asienta en Gijón

El modus operandi es siempre el mismo: en las macroplantaciones tienen los cultivos a distintas fases, de tal forma que cada semana recolectan y envasan grandes cantidades de plantas ya maduras para enviar al extranjero. Porque una de las características de estos grupos criminales es que la práctica totalidad de sustancia estupefaciente la envían al extranjero, precisamente para intentar no ser descubiertos. Su razonamiento es que si no venden cerca la droga, habrá más complicación a la hora de identificar a los productores.

Los destinos finales son Reino y Países Bajos. También en menores cantidades Francia, Alemania y también Portugal. Para el transporte utilizan dos vías. Por una parte, sus propias furgonetas de reparto relacionadas con negocios de curso legal, como los bazares o tiendas de alimentación. Y también empresas de terceros para el envío al extranjero. Envían el paquete a través de una compañía de mensajería ordinaria.

El último golpe al narcotráfico de marihuana a gran escala, llevado a cabo por la Brigada de la Policía Judicial de la Policía Nacional de Gijón, tuvo lugar la semana pasada en Carreño, donde desmantelaron una nueva 'fábrica'. La investigación partió de la denominada 'operación Cathay', que hace meses permitió el decomiso de 160 kilos de cogollos de marihuana y las 3.000 plantas en dos naves industriales de Tremañes. Hubo cuatro detenidos: el supuesto cabecilla (que vivía en un ático en el Náutico) y tres ciudadanos chinos que residían en las naves «en condiciones de semiesclavitud». Apenas salían a la calle, carecían de papeles, dormían en camastros y cocinaban en el mismo habitáculo que utilizaban como baño. «No tenían libertad de movimiento», explica la Policía. Son los conocidos como 'jardineros', los que cuidan de las plantaciones durante las 24 horas, «el escalafón más bajo de la cadena».

En 2021 una operación conjunta de los Mossos d'Esquadra y la Policía Nacional detuvo en Gijón a varios ciudadanos chinos en el marco de un golpe a la 'Bang de Fuijan'. Se les acusaba de hacer unos 700 envíos de marihuana. Hubo arrestos en Barcelona, Tarragona, Bilbao, Portugal y los Países Bajos; 40.000 plantas decomisadas; y catorce naves desmanteladas. Los beneficios alcanzados por la producción y posterior venta de marihuana fueron cifrados en siete millones de euros.

«Las investigaciones implicaron una gran dificultad debido a la alta especialización y organización criminal de los investigados, que llegaban incluso a contar con métodos muy avanzados para impedir la localización de la defraudación del fluido eléctrico necesario para el cultivo y el mantenimiento de las plantaciones», apuntó entonces la Policía Nacional. Porque otro rasgo común de la práctica de las mafias chinas es que 'pinchan' la corriente eléctrica y el agua para abastecer de ingentes cantidades a las naves industriales para la fabricación de la marihuana, una maquinaria que no cesa ni un solo día ni una sola hora.

Los tentáculos de la mafia china en Gijón se han convertido en un auténtico caballo de batalla para las fuerzas de seguridad.