La 'Bang de Fujian' afronta 2,6 millones de multa por las fábricas de 'maría' de Gijón

Según el escrito de la fiscalía al que ha tenido acceso EL COMERCIO habían acondicionado dos naves industriales de los polígonos de Promosa y Bankunión II para crear auténticas fábricas de marihuana para exportar a distintos países de Europa. «Realizaban labores de cultivo, procesamiento, pesaje y empaquetado en dos plantaciones de marihuana, actividad para la que se habían concertado todos ellos y cuyo destino último era la comercialización y distribución de cannabis a gran escala», señala la acusación pública. El juicio está aún pendiente de fecha para su celebración. La fiscalía pide conmutar la pena de prisión por la expulsión del territorio nacional por un periodo de cinco años. Los cuatro acusados se encontraban en situación irregular en España cuando fueron arrestados en marzo de 2023.

Tres de ellos vivían «en condiciones de semiesclavitud» en las naves, en las que vigilaban las 24 horas las cosechas de 'maría' que recolectaban cada mes para enviar a países de Europa del Norte, la mayoría a Reino Unido. Eran los denominados «jardineros», el nivel más bajo de la organización y cuya tarea es la de permanecer en el interior de las naves con el fin de controlar y gestionar el correcto cultivo.

La primera fase de la 'operación Cathay' (nombre antiguo de parte de la actual China) se saldó con los cuatro detenidos y el decomiso de 160 kilos de cogollos de marihuana, además de 3.000 plantas aprehendidas.

El presunto cabecilla era el único que residía en las naves industriales. Vivía en un ático en el Náutico, donde también los policías encontraron evidencias del tráfico de drogas. Además del delito contra la salud pública, los procesados están considerados autores de los delitos de pertenencia a grupo criminal y de defraudación de fluido eléctrico. Las complejas instalaciones que habían construido estaban enganchadas de forma ilegal a la canalización de la Empresa Municipal de Agua (EMA) y a una empresa de suministro eléctrico. A la primera había defraudado 13.072 euros y a la segunda, 14.461 euros, importes ambos reclamados a los acusados.

«Los miembros de la organización criminal conseguían recolectar cosechas mensualmente para después continuar con el proceso de producción, consistente en el secado, envasado y empaquetado de la mercancía, dispuesto para ser trasladado a un trastero cercano que utilizaban de almacén y desde este ser enviado al extranjero», señalaron los investigadores.