La banderona de El Humedal entre el «orgullo» y la «politización»

¿A favor o en contra? El debate está servido. El pasado miércoles el pleno municipal dio luz verde -con el apoyo de Foro, PP, Vox y el concejal no adscrito- a colocar en El Humedal una banderona de España, propuesta de Vox que pretende ser «un recordatorio de que estamos aquí y de que por muchos conflictos y diferencias de opinión todos vivimos bajo un mismo paraguas», tal y como argumentó la edil Sara Álvarez Rouco en dicha sesión plenaria. EL COMERCIO ha preguntado a la ciudadanía, a pie de ubicación, para conocer la opinión de la calle. Y, como reza el refrán, para gustos colores.

«No me importa que se ponga o que no, vamos a estar igual; tampoco me estorba», dice José González, vecino del centro. Aunque quedan «muchas cosas por hacer, no tiene que ver con esto», añade. Entre las asignaturas pendientes, se pregunta «en qué va a terminar el 'solarón'». Precisamente, otra de las propuestas aceptadas junto a la instalación de la banderona fue poner como nombre 'plaza de España' en uno de los futuros proyectos urbanísticos de Gijón, como la mencionada zona o los terrenos de Naval Gijón. «No lo vería mal, igual que hay una plaza de América en Oviedo o plaza de Italia en Gijón», reflexiona el vecino, «siempre que todo lo que se haga sea para bien, claro».

Sobre esa nomenclatura, Isabel Pizarro anota: «Nunca lo había pensado, pero no me molesta, igual que existe en otros sitios». En el tema de la bandera, cree que «es estupendo reivindicar cosas a veces», y apunta al turismo: «Ahora hay mucha gente de fuera de España y está bien que nos mostremos». Sobre si podría crear un conflicto a favor o en contra, sostiene de la gran enseña rojigualda que la gente «debería sentir orgullo al verla».

Esther Fernández, aunque es de Noreña, acude a Gijón asiduamente. El problema, opina, radica en que «hoy en día se le da una connotación a la bandera para diferentes ideologías, por mucho que se diga que es una bandera» de todos, una politización que le da «miedo». Y esto condiciona su postura: «No creo que solucione nada, si crees que hay cosas que mejorar, lo de menos es poner una bandera».

Gonzalo González, vecino del centro, enumera importantes retos vigentes: «El paro, Ensidesa, la contaminación y los humos...». Dicho esto, concluye: «Hay cosas más importantes». No termina de decir si está a favor o en contra. «La están utilizando como nueva política, algo que para unos está bien y para otros mal». Aunque no tiene «nada en contra» de la bandera, González cree que «el problema es cuando se utiliza para un fin».

En los negocios de El Humedal también tienen su punto de vista. «No me parece mal, igual que la hay en Oviedo o en Madrid», dice David Goicoechea, dueño de la Cafetería Pereda. «Que se reflejen los valores del país en una bandera nunca me va a parecer mal, no creo que sea tema de política». Añade que «se podría poner también una de Asturias». En cuanto al turismo, «no creo que afecte para bien ni para mal».

Ahora bien su deseo es que «ojalá fuera positivo y que puede acabar siendo un punto de referencia para actos o reivindicaciones y que genere movimiento en la zona». El debate, visto está, está abierto.