El Banco Europeo, a la espera del estudio de viabilidad para decidir si financia el plan de vías

El plan reposa en la confianza de lograr prestados 353,05 millones, un capital que permitiría a las administraciones reducir su esfuerzo inmediato. El texto señala que Gijón al Norte debería empezar a contar con ese dinero a partir de 2021, cuando se le estimaba unas necesidades de capital ajeno de 34,86 millones para las primeras obras.

La financiación «se negociará con el BEI, preferentemente», establece el convenio, en alusión al Banco Europeo de Inversiones. La institución otorga a las administraciones créditos blandos, de interés más reducido que el sector financiero privado. Gracias a esa ventaja las administraciones socias en Gijón al Norte confían en ir amortizando la inversión entre 2021 y 2045, año en el que acabarían saldando los 447 millones que suman el principal y los intereses. La factura final se encarece, pero hace asumibles los abonos anuales. Pagar a tocateja la obra obligaría al consistorio a desembolsar 88 millones en cinco años, algo que consume casi todo su margen de inversión.

El papel del BEI en la operación resulta por tanto crucial para hacerla posible. El convenio establece que «durante el plazo de redacción del estudio informativo y previamente a la licitación de las obras que tienen que ser pagadas por la Sociedad, se negociará con el BEI, preferentemente, u otras entidades crediticias» el citado préstamo.

Para abrir una negociación formal con el BEI se necesita algo más que un convenio. Fuentes de la institución financiera confirman «tener conocimiento» de que el Ministerio de Transportes madura el plan de vías gijonés, pero de momento se mantienen a la expectativa antes de intervenir. «Entendemos que actualmente, la administración pública está analizando de forma incipiente su definición técnica y debe de estar realizando su estudio de viabilidad socioeconómica, ambos requisitos previos para cualquier proyecto antes de entrar en proceso de evaluación por el BEI», concretan desde la institución.

El 31 de mayo de 2018 Fomento encargó a la consultora pública Ineco que hiciera el estudio de la estación intermodal. El plazo otorgado era de 24 meses. En junio de 2019 estaba estipulado que el borrador saliera a información pública y que durante once meses se recogieran las alegaciones y se hiciera el informe que las asume o refuta. El trabajo debía estar cerrado por tanto el mes que viene.

Las suspensiones de contrato o ampliaciones del mismo han hecho saltar ese calendario. La idea del ministerio era sacar el borrador a información pública entre marzo y abril, lo que parece haber impedido el coronavirus. Cuando lo exponga, todavía necesitará un año para que Ineco le redacte el estudio de alegaciones. Un matiz. El encargo realizado a la consultora es el de un estudio informativo al uso, esto es, un trabajo que define cómo es la obra pretendida. En el pliego inicial no se le pide que haga análisis de viabilidad económica, ni del impacto social y ambiental del proyecto, como requiere el BEI.

Esos son los elementos que necesita la institución para comenzar un proceso de evaluación que tiene sus propios pasos. «El BEI recibe solicitudes para financiar proyectos de todos los sectores y responde a esta demanda de financiación haciendo un análisis pormenorizado», indica. Se analiza si el proyecto está en consonancia con las prioridades presupuestarias marcadas por la UE y si cumple determinados estándares. «Son criterios sociales y ambientales muy exigentes, transparencia y responsabilidad y una huella ambiental mínima», aseguran desde el banco público de la UE.

En principio su aportación no supera el 50% del total. Los evaluadores no tienen un tiempo fijado para dar respuesta a la petición.«Hay algunos proyectos cuya viabilidad lleva más tiempo analizar debido las características, por ejemplo, cuando se trata de infraestructuras que presentan mayor complejidad técnica, económica o financiera», matizan fuentes del organismo.

Entre los créditos que el BEI ha concedido a la red ferroviaria española, están los 1.030 millones que permiten avanzar la 'Y' vasca o los 550 que puso para la modernización de Feve.