El Ayuntamiento de Gijón declara en ruina la nave de Flex y concede 15 días para su demolición

Ultimátum al propietario de la antigua fábrica de Flex. El Ayuntamiento decidió ayer declarar oficialmente en ruina el inmueble y conceder a la propiedad (Construcciones Llorente) un plazo de 15 días para proceder a su demolición. De no hacerlo, el Ayuntamiento derribará el inmueble y pasará los costes a la propiedad. Así las cosas parece que uno de esos sempiternos problemas a los que se afrontaban los vecinos de La Calzada tendrá una pronta solución. Se trata de todos los inconvenientes que venía generando la maltrecha nave de la que fue fábrica de Flex, ubicada cerca de Cuatro Caminos.

«Nos comprometimos con los vecinos y hemos cumplido. Si no se encargan ellos (los propietarios) en demolerla, iniciaremos los trámites para hacerlo nosotros», aseguró ayer el concejal de Urbanismo, Jesús Martínez Salvador.

Según el procedimiento previsto, ante un posible incumplimiento por parte de la propiedad, Urbanismo sería el que procediera a la ejecución subsidiaria de la demolición a costa del interesado. Éste deberá ingresar el importe del gasto previamente a la ejecución de las obras, según la liquidación provisional que se efectúe. Además, desde Urbanismo se apercibirá a los propietarios de que, «una vez redactado el proyecto de ejecución subsidiaria el importe deberá ser abonado por el interesado con independencia de que por el mismo no se haya cumplimentado lo ordenado», según explica el Ayuntamiento de Gijón.

Esta decisión del equipo de gobierno se produce sólo un día después de que los vecinos denunciaran, tal y como avanzó EL COMERCIO, que el entorno de la vieja fábrica de Flex se había transformado en «un barrizal insalubre e insoportable», después de que se reunieran con la asociación vecinal de La Calzada para trasladarle el problema con el que conviven desde hace años y con el objetivo de hacer un frente común a la hora de exigir una solución a los responsables municipales. Además, no olvidaban que el área de Urbanismo se había comprometido a pedir al propietario la demolición del inmueble. Así lo hizo el 9 de enero, cuando se concedió a los propietarios un plazo de 20 días para que presentasen alegaciones, sin que se presentase alguna. Ahora, con el paso dado ayer parece que la solución definitiva está cercana.

En principio, una vez que el inmueble sea derribado, bien por los propietarios, bien por el propio Ayuntamiento, la idea es adecentar la zona para que no sea más un problema para los vecinos, si bien en un futuro serán los propietarios quienes decidan el futuro del solar.

La fábrica de Flex dejó de tener actividad en el año 2000 y desde entonces su estado de abandono va aumentando hasta resultar un problema de seguridad para los vecinos del entorno.