La avenida de Pablo Iglesias afrontará nueve meses de obras

Sardalla Española y Arposa 60 serán las empresas que se hagan cargo a partir de enero de las obras de reforma de la avenida de Pablo Iglesias, un eje esencial para las comunicaciones entre el centro y el este de la ciudad que después de años pendiente de una transformación integral afrontará en 2023 nueve meses de obras para la creación de un carril bus y la renovación de sus redes de saneamiento y abastecimiento. La inversión total en esta actuación ascenderá a 3,7 millones de euros, divididos en dos contratos.

El de Sardalla Española, correspondiente a las obras en superficie, supondrá 1,2 millones de euros y cuenta con financiación parcial del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la Unión Europea a través de la convocatoria lanzada el año pasado por el Ministerio de Transportes para ayudas a «la implantación de zonas de bajas emisiones y la transformación sostenible y digital del transporte urbano». En concreto, dentro de ese reparto de subvenciones Gijón recibió 1,6 millones para crear carriles prioritarios para el transporte público tanto en Pablo Iglesias como en la avenida de la Constitución, así como para ampliar el existente en la avenida de la Costa, obras que el Ayuntamiento prevé iniciar también en las próximas semanas.

Por su parte, Arposa 60 se hará cargo de la renovación de las redes de agua por 2,48 millones de euros, una inversión que asume la Empresa Municipal de Aguas. Aunque el primero de los contratos lleva suscrito desde finales de agosto, su ejecución estaba pendiente de la adjudicación del segundo, aún pendiente de formalización, por la necesidad de coordinar ambas obras. La intención es que las máquinas empiecen a trabajar a lo largo del mes de enero.

Bajo las aceras de la avenida de Pablo Iglesias la red de abastecimiento está formada por tuberías de fibrocemento con más de 50 años de antigüedad que presentan «deficiencias derivadas de roturas y averías». Serán sustituidas por tuberías de fundición y el sistema se completará con la instalación de nuevas bocas de riego e hidrantes, además de la renovación de las existentes. El saneamiento, por su parte, está integrado por un colector central que discurre bajo la calzada y en el que desaguan varias conducciones de hormigón «en muchas ocasiones a través de conexiones directas sin arqueta, lo que dificulta las labores de mantenimiento». La nueva red de saneamiento, compuesta por colectores de PVC, discurrirá bajo ambas aceras de la avenida, recogiendo en una red unitaria las acometidas domiciliarias, las bajantes de pluviales de los edificios y el agua procedente de los sumideros de calzada. El colector central se mantendrá entre Hermanos Felgueroso y Ramón y Cajal. Desde ahí hasta General Suárez Valdés, dado su mal estado, se dejará fuera de servicio y se creará una nueva red con conducciones de PVC y polietileno de alta densidad que discurrirá bajo las aceras.

Cuando se repongan las aceras se hará sustituyendo el pavimento actual por uno a base de losas de hormigón «descontaminante». Se trata de un material tratado con dióxido de titanio que, en presencia de luz, provoca la degradación por catálisis de contaminantes como el óxido de nitrógeno. En concreto propicia su mineralización, permitiendo después su limpieza con agua. La acera colindante con los portales pares -a la derecha del sentido único de circulación- se ensanchará hasta alcanzar en todo su recorrido un ancho que oscilará entre los tres y los cuatro metros, a costa de suprimir toda la línea de aparcamiento existente en ese lado (unas 80 plazas). Y en la acera opuesta el tramo de aparcamiento en batería que hay entre Vicente Innenarity y General Suárez Valdés pasará a ser de estacionamiento en línea, ensanchando la acera en el ancho que quede liberado con ese cambio. En total se ganarán 1.436 metros cuadrados de aceras, hasta alcanzar los 7.728, un 22% más de la superficie actual.

A lo largo de la calle se instalarán una veintena de bancos y se plantarán un centenar de árboles mediante el sistema Estocolmo, que permite un mejor aprovechamiento del agua de lluvia y reduce la intrusión de las raíces en el terreno colindante. También se sustituirán todas las farolas -que pasarán de 71 a 83 de un nuevo modelo- y se reubicarán nueve semáforos, para coincidir con la nueva alineación de las aceras.

Ya sobre la calzada, el carril situado más a la derecha se señalizará mediante marcas viales para uso exclusivo de autobuses y taxis. El transporte público dispondrá de un ancho de 3,30 metros a lo largo de un trazado de 1.013 metros. La actuación incluye el fresado y repavimentación de toda la calzada desde la calle Peñalba hasta General Suárez Valdés.

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