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NATALIA VIVAR
GIJÓN
Viernes, 30 de julio 2021, 19:11
Los operarios ultimaron este viernes el tramo que quedaba pendiente de obras en la avenida gijonesa de El Molinón. En concreto, faltaba por adecuar la parte que conecta el camino con la calle Luis Adaro Ruiz Falcó. Durante la mañana de este viernes, el camino continuaba encintado, aunque sin vallas que parmenecieron en el suelo, para finalizar los trabajos de hormigonado con equipos de limpieza. Asimismo, se procedió a la instalación de una fauna floral en el terreno de la glorieta anexa que marca el final de este paseo, donde también se aprovechó para pintar las señalizaciones de dirección ya desgastadas. Aunque esta glorieta aún no está abierta al público y se mantiene vallada.
El antiguo vial, que llevaba cerrado desde febrero de 2019, muestra ya su transformación peatonal al completo. Por donde antes discurría la calzada y dos hileras a ambos lados, con 170 plazas para aparcar, ahora hay tierra vegetal, tepes de césped natural, arbustos y arbolado de cierto porte. También se extiende, por donde antes circulaban los coches, un nuevo y amplio paseo central -de 4,5 metros de ancho- que comunicará las avenidas de Castilla y Rufo García Rendueles con la calle Luis Adaro Ruiz-Falcó, siguiendo la traza original de la avenida de El Molinón.
Entre la crítica y el acierto, los gijoneses y turistas vieron con atención esta nueva senda peatonal que se estrenó, a partir de esta tarde, bajo la lluvia. El paseo instalado en pleno corazón del parque Isabel la Católica y que comunica las avenidas de Castilla y Rufo García Rendueles, fue recibido con división de opiniones entre quienes lo consideran «un beneficio para el entorno y los comercios» y los que creen que su actuación era «innecesaria».
Para Aurelio Fernández el incremento de las zonas verdes y paseos «siempre es un punto positivo». La avenida de El Molinón, ahora finalizada, «traerá beneficios para la hostelería y negocios cercanos al haber más tránsito de peatones», reflexiona Fernández que aplaudió «lo guapo que se ve». Por su parte, Paco Piñeda percibe pros y contras: «Sobran paseos y zonas verdes y era más útil como estaba antes, aunque reconozco que estéticamente está bien».
Otros son más duros en las críticas como Manuel Ariza que no ve «que aporte nada nuevo a la ciudad» y prefiere la opción de antes. De parecida opinión son la mierense y el blimeíno, Elena Coto y Juan Pedro Márquez, que de vez en cuando visitan la ciudad por familiares cercanos. Ellos lo tienen claro: «Ha sido quitar hormigón para poner más hormigón». Un paseo que aún no cala en todos los gustos y opiniones, pero que diariamente acoge a múltiples viandantes a su paso.
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