Crimen en Gijón

Prisión provisional sin fianza para el detenido por matar al agente inmobiliario

El magistrado titular del juzgado de Instrucción número 3 de Gijón ha dictado un auto de prisión provisional, comunicada y sin fianza para el detenido por matar a Francisco Javier Rodríguez Tobajas el pasado miércoles en Gijón. Las diligencias comenzarán a instruirse por un delito de asesinato. Felipe A. R., que ha querido prestar declaración ante el magistrado, será trasladado de inmediato al Centro Penitenciario de Asturias.

El juzgado responde así a la petición de la Fiscalía, que esta mañana solicitaba esta medida cautelar basada en la gravedad de los hechos y lo elevado de las penas que, en caso de condena, pueden imponerse al detenido y al considerar que existía riesgo de fuga.

El detenido culpabilizaba a la víctima de haberle «arruinado la vida». «Se la tenía jurada». Cuando Felipe A. R. se enteró por la Policía de que el gestor inmobiliario acababa de fallecer esbozó una amplia sonrisa y sentenció: «Ahí está bien». Llevaba tiempo rumiando la idea después de una transacción económica que, según él consideraba, había acabado por dinamitar su matrimonio y le había abocado a vivir en un piso compartido en Contrueces, su barrio de siempre.

Fue un préstamo rápido y a intereses altos que le concedió Rodríguez Tobajas y por el que acabó perdiendo el piso familiar. No habría podido hacer frente a la deuda contraída y el prestamista habría optado por ejecutar el embargo de la vivienda. Se quedó en la calle, los problemas conyugales acabaron en separación y tuvo que buscar alojamiento en una habitación de alquiler.

Solo sus allegados más próximos sabían hasta el punto en el que aquella operación le había afectado. Le obsesionaba hasta el extremo que habría optado por eliminar al que consideraba el causante de sus males.

La Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) ha tomado declaración desde el miércoles al mediodía a testigos y familiares de Felipe A. R., quien ha permanecido «impasible e incluso con aparente buen humor» en los calabozos de la Comisaría desde que fue conducido hasta allí por los agentes de la Policía Local que lo detuvieron a los pocos minutos de perpetrar el asesinato a las puertas de la agencia inmobiliaria.

Uno de las declaraciones más esclarecedoras fue la de la exmujer del arrestado, quien habría explicado que hacía años habían acudido a Francisco Javier Rodríguez Tobajas para suscribir un crédito con el que conseguir dinero en efectivo. A cambio, y como aval, habían puesto el piso familiar. Los problemas llegaron cuando no pudieron hacer frente en plazo y forma al dinero concedido, a lo que se sumaron los altos intereses, por lo que acabaron por perder la vivienda, que pasó a ser propiedad del gestor inmobiliario. Ese sería el origen, según se desprende de las investigaciones policiales, del odio que Felipe A. R. le tendría a Rodríguez Tobajas. Tanto, que el miércoles habría decidido acabar con su vida.

Los agentes también han llamado a declarar a los empleados de la inmobiliaria de Ceares y a los familiares de la víctima. Quieren comprobar si había recibido amenazas o intimidaciones con anterioridad. Pero lo que parecen tener claro los investigadores es que no se trató de un ataque fortuito o que el encuentro se hubiera producido circunstancialmente. Felipe A. R. le esperó agazapado entre dos coches frente a la inmobiliaria, con un cuchillo de grandes dimensiones oculto en una bolsa y en cuando vio que llegaba en coche, le abordó, abrió la puerta y le asestó varias cuchilladas. Volvió a meter el arma en la bolsa y se quedó junto a la víctima, viendo cómo caía al suelo perdiendo gran cantidad de sangre.

Se enteró de que le había matado cuando ya estaba detenido y mostró «una sonrisa» al conocer el desenlace. «Parece que está hasta contento de haber cumplido lo que tenía por objetivo», señalan fuentes policiales.

La hija de la víctima y otros empleados de la inmobiliaria salieron rápidamente a ayudarle. Sacaron toallas para intentar taponar la herida. También intervino una ciudadana, profesional sanitaria, que se encontraba en la zona y un policía nacional vecino de la misma calle que bajó rápidamente a practicarle los primeros auxilios al dueño de la inmobiliaria Golden Star. No pudieron hacer nada. Los sanitarios del SAMU trataron de reanimarle durante aproximadamente media hora, pero las heridas que presentaba y la gran cantidad de sangre que había perdido acabaron por ocasionarle el fallecimiento.

Policía Local y Policía Nacional permanecieron unas dos horas en el lugar. La Brigada de Policía Científica llevó a cabo una minuciosa inspección ocular en el coche de la víctima y en la calle, donde los restos de sangre evidenciaban la brutalidad.

Ayer el entorno de la agencia inmobiliaria -que permanecía cerrada- trataba de volver a la normalidad. «Yo no pude dormir nada, tengo la imagen metida en la cabeza del chico tirado en el suelo sangrando, es que fue todo muy trágico, nunca en mi vida pensé que podía presenciar algo así», comentaba un cliente del bar de en frente.

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