Juan Manuel Lamelas, ante la puerta de la Sidrería Asturias.

La Arena y La Calzada se unen para evitar robos en comercios

Vacían sus locales y cuelgan carteles disuasorios donde advierten que no han dejado nada de valor

GUILLERMO MAESE

GIJÓN.

Miércoles, 25 de marzo 2020, 03:15

Fue Eduardo Gómez, hostelero del barrio de La Arena, el ideólogo del proyecto. Abrió un grupo en la red social Facebook para «mantener unidos y fuertes» a los comerciantes del barrio. En pocos días consiguió aglutinar a más de 130 comercios. Todo nació «casi ... para darnos ánimos mutuos», pero las necesidades de cada uno de ellos fueron aflorando.

Publicidad

Primero, uno repartió entre sus colegas alimentos perecederos. Luego, otro necesitó hacer un apaño en la entrada de su comercio y, posteriormente, otro requería de ayuda para vaciar su local. No cayó en saco roto la idea. «Sin levantar alarmas innecesarias», según comenta Eduardo Gómez, muchos locales del barrio han ido vaciando sus escaparates y estanterías. «Hay que ser precavidos ante posibles robos». No está la situación para ello.

Para evitar disgustos, además de vaciar los comercios, en la medida que sea posible, de mercancía, todos han dejado sin contenido las cajas registradoras, las tragaperras e incluso la máquina de tabaco. Lo hacen y además lo anuncian. Casi todos los comercios del barrio han colgado en sus escaparates un cartel que informa a los posibles delincuentes que su intento será en vano. «Este local está vacío. Tanto la mercancía como el dinero han sido trasladados a un lugar seguro para evitar robos innecesarios». Estos carteles se reparten en el Quiosco Ana. Las medidas disuasorias también pasan por dejar abiertas, vacías y a la vista las cajas registradoras, para que nadie crea que hay dinero.

Ayuda y colaboración

Uno de los adheridos a esta propuesta es Juan Manuel Lamelas, propietario de la sidrería Asturias desde hace treinta y siete años. «He dejado el local casi vacío. No queda nada de valor ni el comedor, ni en la barra ni en la cocina». Este veterano hostelero, aún con la incertidumbre de cuándo podrá volver a abrir su negocio, se muestra muy satisfecho de la actitud de sus compañeros. «Es bueno que la juventud venga al negocio de la hostelería con ganas de colaborar y ayudar a los demás», celebra.

Primero fueron los barrios de La Arena y el Bibio, y seguido se unieron los de La Calzada y El Natahoyo. «Toca arrimar el hombro y estar unidos», asegura Laura García, de Comunicaciones Asturianas. Ambas iniciativas ganan adeptos cada día. En La Calzada ya son 88.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

3 meses por solo 1€/mes

Publicidad