Aplican el protocolo de seguridad a la madre por su integridad física

La propia acusada deberá volver a declarar ante la jueza. No será de forma inminente, si no que se podría demorar varias semanas, hasta la llegada de los resultados de la autopsia ampliada. Si bien los informes forenses preliminares fueron ya determinantes para que la jueza, a petición de la fiscalía y la acusación particular, emitiese el auto de prisión, los resultados de toxicología podrían ser concluyentes.

Los primeros análisis ya arrojaron la presencia en la sangre de la pequeña de altas cantidades de lorazepan (el principal componente del Orfidal) y de dexketoprofeno (comercializado con el nombre de Enantyum). El examen forense descartaba que se hubiese producido sofocación de las vías respiratorias, es decir, la niña habría fallecido por la intoxicación medicamentosa tras la ingesta, presuntamente, del cóctel mortal disuelto en una taza de cacao con leche.

A Noemí Martínez Largo se le ha aplicado en el centro penitenciario de Asturias el protocolo antisuicidio. Pero también un plan especial de seguridad que se aplica a las internas para las que pueda peligrar su integridad física. El delito contra menores, y más contra sus propios hijos, está considerado como un delito de especial gravedad a ojos del resto de internos, por lo que se pretende de esa forma evitar agresiones en las zonas comunes dentro de la cárcel.

Ese protocolo se aplicó también en el caso de Silvia Acebal, la condenada a prisión permanente revisable por matar de 40 cuchilladas al recién nacido que había dado a luz sola en su piso de Nuevo Roces. La mujer mató a su hijo y a continuación lo arrojó a un contenedor ubicado justo frente a su domicilio. Ocurrió en agosto de 2019.