El sector turístico local facturó el año pasado, con 1,6 millones de visitantes, 521,4 millones de euros y los datos del primer semestre de 2024, en los que ya se cuenta el paso por la ciudad de 850.000 personas, apuntan a ... un incremento aún mayor del gasto por visitante. Tras la presentación de este informe, y recién cerrada la temporada alta, la vicealcaldesa y concejala de Economía, Empleo y Turismo hace balance sobre la situación de un sector con un creciente peso en la economía y el empleo locales.
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–¿Le ha sorprendido algo de esos datos?
–Eran esperados. Nos alegra haber crecido el primer semestre, que era el objetivo. Fuera de los meses de verano hay mucho margen de mejora y es donde estamos poniendo los esfuerzos.
–¿Se mantuvo ese crecimiento en el verano?
–El año pasado fue un año récord y con lleno técnico, por lo que en número de visitantes apenas se podía crecer. Sí mejoró el gasto medio, que es lo que más repercute en las empresas. Y además hemos crecido en junio y confiamos en hacerlo en septiembre. En la temporada alta es complicado, porque Gijón ya está lleno. Y de hecho no es el objetivo.
–¿Qué sensaciones les traslada el sector?
–Es un sector bastante crítico, siempre con peticiones porque hay margen de mejora. Pero creo que en general está contento con la labor que estamos haciendo, porque no ponemos el foco solo en la atracción de visitantes, sino en mejorar la oferta de destino para que sea cada vez más atractiva y de calidad, en formar a los profesionales y en lograr que sus puestos de empleo, que son el 10% del total, sean también de calidad.
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–¿En qué se traduce ese «margen de mejora»?
–La media de ocupación anual es del 51,2%. Dejando aparte los dos meses centrales del verano, ese margen de mejora es muy amplio en los diez restantes. Y crecer ahí es importante también para darle estabilidad a las empresas, que tengan una certidumbre y una continuidad durante todo el año. Además, muchas veces se habla del número de turistas, pero es importante encontrar equilibrio y que haya una convivencia de ese turismo con los vecinos de la ciudad. Cuando viene a la vez mucha gente, el servicio no es el más adecuado.
–Dice que Gijón no está masificado.
–Y no lo está. Es verdad que en verano la sensación es de calles a rebosar. Pero también hay muchos gijoneses que han tenido que irse fuera a trabajar y vuelven durante la Semana Grande. En Navidad veremos que vuelve a estar lleno, y los hoteles tienen una ocupación muy baja.
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–Cuando hablan de lograr un turismo de calidad, ¿son más congresos y menos despedidas de soltero?
–Turismo de calidad es disponer de una oferta profesional, sostenible, con unas instalaciones adecuadas... Y la clave es la desestacionalización, que es lo que nos dará calidad y sostenibilidad. Por eso no tenemos prácticamente acciones encaminadas al verano. El turismo de congresos viaja fuera de temporada y además lo hace normalmente por semana. Además son profesionales que también aportan conocimiento, lo que supone un impacto positivo en la sociedad gijonesa. Y en cuanto a las despedidas, que vengan grupos de amigos es positivo, pero siempre y cuando tengan conductas cívicas. Y hay casos muy puntuales, como también ocurre con los propios gijoneses algunos fines de semana, de comportamientos que no son los adecuados. Quizás la clave sería modificar o aplicar la ordenanza de convivencia, para que no supongan una connotación negativa para un sector tan importante.
–¿El turismo de cruceros es rentable en este momento?
–No es una línea prioritaria de trabajo. Solo un 30% de los que llegan visitan la ciudad y su consumo no es muy elevado, una media de 14 euros por persona. No son un objetivo como tal. Pero sí intentamos que conozcan los principales puntos de interés para atraerles de cara al futuro, que más adelante vuelvan a la ciudad, pero con más días.
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–¿Se ha notado en el turismo algún 'efecto AVE'?
–Sí. Uno de los efectos directos tiene relación con los congresos, porque ahora podemos competir por ellos con otras ciudades que antes estaban mejor conectadas. Nos ha ayudado mucho a captarlos. Y también a lograr durante todo el año un turismo de fin de semana con el que seguramente tiene que ver el crecimiento del primer semestre.
–¿Ha tenido efecto la moratoria en la concesión de licencias a pisos turísticos?
–Gijón ha sido un ejemplo de previsión frente a otros destinos. Hicimos un estudio para tener una foto real de cómo estaban creciendo y lo que hemos hecho es equilibrar ese crecimiento. Las viviendas de uso turístico son una opción tanto para quien busca ese tipo de alojamiento como para los propietarios, que deben tener libertad para decidir a qué dedican su propiedad. Pero no puede ser que en barrio se convierta solo en viviendas turísticas. Tiene que haber VUT, pero con equilibrio y evitando molestias a los vecinos.
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–¿Cuál es el futuro de esa medida?
–Estamos a la espera de lo que pase con la Ley de Turismo del Principado. Y seguiremos atentos a cómo evoluciona el mercado en la ciudad. Si hubiera más barrios donde crezcan a ritmos parecidos a los que había donde se puso la moratoria, seguiremos el mismo criterio.
–¿Por qué se oponen a la tasa turística que plantea el Principado?
–Aumentar la presión fiscal no es el camino para hacer frente a los nuevos retos que ofrece el turismo. Y además no sería justo que un turista pague una tasa por dormir en Gijón, pero luego pase el día en La Espasa, Rodiles o Tapia y que esos municipios no tengan ninguna contraprestación. El Principado hace un enfoque erróneo, porque hay que entender Asturias como un destino global. Por tanto, nos oponemos a una tasa local como la que propone, en un intento de lavarse las manos, pero también a una tasa regional. Lo que debe hacer el Principado es tomar las riendas y crear una bolsa de financiación para ayudar a los ayuntamientos que en épocas puntuales tienen esos momentos de gran afluencia de turistas.
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–Destaca el turismo como «un motor» de Gijón. ¿Como para que la actividad económica de la ciudad pivote sobre él?
–El año pasado representó un 8,1% del valor añadido bruto y es una oportunidad de futuro. Es un motor muy importante, pero obviamente no puede ser el único. Por eso no perdemos de vista la importancia de la ampliación del Parque Científico y Tecnológico, que ahora representa 5.000 puestos directos y en torno a un 20% de ese valor bruto, y de un nuevo polo empresarial en Naval Gijón que siga ese mismo modelo de éxito. Tampoco podemos obviar lo que representa para la ciudad la industria más tradicional, a la que debemos tender la mano y darle tiempo para que evolucione hacia un modelo más sostenible y acorde con los tiempos.
–Parque Tecnológico, Naval Azul… ¿Hay empresas para cubrir tanto espacio?
–Sí, hay varias interesadas. Hemos sacado a licitación las últimas parcelas del actual parque y ponemos en marcha la ampliación porque, si hay interés empresarial, como administración tenemos que ser eficaces y ágiles para atender sus necesidades. Y en Naval Azul, aunque el desarrollo de los terrenos llevará un tiempo, tenemos que ir creando ese clima de interés y de confianza en que habrá un polo dedicado a la economía azul. Además, partimos con una ventaja que no tiene ninguna otra ciudad de Europa, y es que aquí tenemos los tres niveles de formación ligados a ese ámbito: la universitaria en la Escuela Superior de Marina Civil, el Centro Integrado de Formación Profesional del Mar y los cursos homologados del Centro de Seguridad Marítima Jovellanos.
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–¿Le quita el sueño el congreso del PP?
–Yo estoy centrada en trabajar por Gijón. Cuando se convoque, que debe ser en el corto plazo, lo valoraremos.
–¿Le gustaría ser presidenta local?
–No es una cuestión de gustos personales. El PP de Gijón tiene una gran responsabilidad, porque por primera vez está en el gobierno local. Y debe tener un proyecto adecuado a esa situación. Lo importante no es hablar de nombres, sino de proyectos. Y de crear un PP fuerte, unido y centrado en ganar las elecciones de 2027.
–¿Álvaro Queipo le ha pedido que se presente?
–Siempre ha sido muy claro y lo que quiere es que los congresos locales se celebren con independencia de lo que quiera el partido a nivel regional. Que sean los afiliados locales quienes decidan.
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–Los compañeros sí la animan...
–Agradezco su confianza, porque es agradable y motivante que piensen en ti para liderar el partido. Pero esto va más allá de nombres. Hay que ser muy responsables con la situación en la que estamos. En 2023 ganamos bastantes votos y debemos seguir esa senda de crecimiento y de lograr la confianza de los gijoneses. Ahora todo lo que no sea pensar en la mejora de la ciudad es perder el tiempo.
–Combinar la vicealcaldía con la presidencia del partido, ¿sería no centrarse en Gijón?
–Lo normal es que la portavocía local y el liderazgo del partido se unifiquen en una misma persona. Pero la responsabilidad que tengo en el gobierno es muy importante. No es incompatible con un cargo en el partido, pero mientras no haya un congreso convocado en lo que tenemos que pensar es en políticas que mejoren la vida de los gijoneses y en cuál es la mejor opción para el PP.
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–Ni acepta ni descarta...
–Digo que hay que pensar en el proyecto y no en personas.
–Como gobierno, la oposición critica que prometieran bajar los impuestos y no lo hagan.
–Nos encontramos situaciones que no son las más adecuadas, como la subida de tarifas de Cogersa o unos elevados gastos corrientes. Hacemos todo el esfuerzo posible para al menos mantener la congelación. Y en 2025 a las familias numerosas les aplicaremos un descuento en el IBI que confiamos en ampliar con otros en el Patronato Deportivo y Servicios Sociales.
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