Trágica muerte de Ángela Gil en Gijón

«Seguiremos juntos de la mano, somos invencibles»

«No perdáis el tiempo, nunca se sabe cuándo va a acabar todo y cuando acabe, solo va a quedar el amor y los buenos momentos». Las palabras de Guillermo en el funeral de su madre, Ángela Gil, fallecida el sábado debido a una intoxicación por un producto desatascante en su piso de Gijón, dejó sobrecogidos a los muchos amigos, familiares y compañeros de APTA que le rindieron un último adiós en el tanatorio de Cabueñes. «Seguiremos juntos de la mano, somos invencibles. Me quedo con los 22 años vividos a tu lado, con tus abrazos únicos y con todo lo que me diste y me seguirás dando», dijo el joven en un emotivo acto en el que sonaron algunas de las canciones favoritas de la mujer, empezando por 'Pájaros de barro' de Manolo García y acabando con 'No dejes de soñar' de Manuel Carrasco.

Entre medias, mucho dolor por «el injusto y el desafortunado final» de una mujer «con luz propia y que tenía ese don de hacer mucho más feliz la vida de quien se cruzaba». Entre ellos, sus alumnos del Centro Vistaverde de APTA, de Oviedo, que, muy afectados, le fueron dejando uno a uno clavales blancos sobre el féretro, abrazos y rotos de dolor. «Si por algo se caracterizaba Ángela era por ese cariño y sensibilidad que siempre transmitía a todos, esa paz con la que inundaba todo a su alrededor. Se va un pilar muy importante, se va, pero se quedará entre todos nosotros», explicó Ignacio Baizán, director de APTA, Asociación de Padres y Tutores de Antiguos Alumnos del Sanatorio Marítimo, que da empleo y formación a personas discapacitadas.

Lorena Gil, su hermana, la que fuera diputada regional de Podemos, estuvo arropada por muchos de los que fueran sus compañeros en el grupo morado, como Covadonga Tomé, Daniel Ripa y Laura Tuero. «Me quedo sin mi media mitad, tengo un dolor muy profundo y no puedo imaginarme mi vida sin ella. Y sinceramente, no sé cómo hacerlo...», dijo sin apenas poder pronunciar palabras y entre aplausos de ánimos de los muchos a los que la prematura e inesperada muerta de Ángela ha dejado desolados. Lorena tuvo también un agradecimiento expreso para los dos vecinos de planta que encontraron a Ángela inconsciente en el descansillo de su piso y que intentaron sin éxito reanimarla hasta que llegaron los servicios sanitarios. La muerte, según adelantó EL COMERCIO, tuvo lugar al mediodía del sábado en la calle Alarcón, donde la mujer vivía con su hijo.

• Temas
• Gijón
• El Coto
• Sucesos en Asturias