La alcaldesa, Ana Gonzáles, ha participado en una reunión con comerciantes afectados por las inundaciones en La Calzada, Gijón. Damián Arienza

«A todos nos gustaría que no hubiera más inundaciones, pero eso es materialmente imposible»

El Ayuntamiento elabora un plan de emergencias y plantea un sistema de drenaje sostenible en el entorno de la calle Brasil como medidas «complementarias» al pozo de tormentas

Martes, 5 de octubre 2021, 13:43

El pozo de tormentas de El Arbeyal, cuyas obras finalizaron el pasado verano, funcionó correctamente el 15 de septiembre y, de hecho, consiguió que la inundación de la calle Brasil durara menos tiempo. Pero por sí sola esta infraestructura es insuficiente. Por eso el ... Ayuntamientoprepara una serie de «medidas complementarias» con las que tratar de minimizar las afecciones a bajos comerciales y edificios ubicados en esta zona de La Calzada. Porque, aunque «a todos nos gustaría que no hubiera más inundaciones, eso es materialmente imposible», reconoció ayer el gerente de la EMA. Pedro Menéndez, la alcaldesa, Ana González, el presidente de la Empresa Municipal de Aguas, Olmo Ron, y técnicos de la EMA mantuvieron esta mañana una reunión con algunos de los comerciantes de la calle Brasil afectados en las que les trasladaron, entre otras, estas cuestiones. «Entendemos su desesperación», fue lo primero que dijo la alcaldesa una vez concluido un encuentro en el que les pidió «confianza». En dos meses, prometió, volverá a reunirse con ellos y ya entonces les concretará qué actuaciones llevará a cabo el Ayuntamiento y en qué plazos.

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En lo que ya se trabaja, avanzó, es en el diseño de un plan de emergencia ante posibles episodios de fuertes lluvias como el ocurrido por última vez el pasado 15 de septiembre. Un plan que establecería el trabajo coordinado de la Policía Local y los Bomberos además de las empresas municipales EMA, Emtusa y Emulsa y que implicaría, por ejemplo, el corte inmediato del tráfico rodado en el momento en que el agua comience a caer con fuerza. Precisamente las olas que provocan los coches y sobre todo los autobuses a su paso por la calle Brasil fue uno de los puntos señalados por los comerciantes como principal causante de que el agua entre sin control a sus locales.

Otra de las «medidas complementarias» que se pretende llevar a cabo es la de disponer de un sistema de drenaje sostenible, una tecnología «relativamente reciente» capaz de acumular el agua de lluvia y que permite «gestionar las aguas pluviales de forma local», apuntó el gerente de la EMA, que avanzó que la intención es implantar estos sistemas en más puntos de la ciudad, principalmente aquellos en los que, por ser zonas urbanas ya consolidadas, resulta prácticamente imposible contar con redes separativas de aguas pluviales y aguas sanitarias.

Tanto Pedro Menéndez como Ana González se refirieron también a otro proyecto, de mayor calado y que excede las competencias municipales. Se trata de aprovechar las obras de construcción del nuevo acceso al puerto de El Musel (proyecto dependiente del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana) para «instalar un colector de recogida de aguas pluviales que evite que las aguas de escorrentía que ahora mismo circulan por los terrenos naturales de la ladera de Jove y se incorporan a la red de colectores que acaban vertiendo a la calle Brasil se recojan de forma separada, se traten y se aprovechen para el riego de zonas verdes». El gerente de la EMA explicó que «lo fundamental» es que ese agua de lluvia «se gestione de forma independiente y no se junte con las aguas unitarias de la zona urbanizada».

Además, «se estudiará el estado del sistema de alcantarillado y el colector, por su hubiera que tomar alguna medida más», anotó la alcaldesa. Por otra parte, tal y como había anunciado ya el equipo de gobierno, el Ayuntamiento realizará un peritaje de los daños ocasionados por las fuertes lluvias del mes pasado para hacerse cargo de los mismos. Según fuentes municipales, tras la inundación del pasado 15 de septiembre se recibieron dos reclamaciones con afección a bienes materiales.

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En las explicaciones que esta mañana se dieron a los vecinos se insistió también en que la lluvia que cayó ese día tuvo un carácter «excepcional por su torrencialidad», con un pico de 86,4 litros por metro cuadrado que además coincidió con la pleamar. El gerente de la EMA estableció una comparación con la última gran inundación en la calle Brasil, la del año 2016, para asegura que, en esta ocasión, «con más lluvia, las consecuencias fueron más pequeñas porque la inundación duró menos tiempo». Y ello, remarcó, porque en esta ocasión sí había un pozo de tormentas que «funcionó bien». No obstante, su capacidad es insuficiente ante lluvias «excepcionales» como las del mes pasado. Esos eventos «excepcionales» suceden «pocas veces, pero alguna vez se pueden dar».

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