A. G.

Ana González: «Si me llaman sectaria por cumplir un programa electoral, les doy la razón»

La alcaldesa de Gijón interviene en su último debate sobre el estado del municipio criticando «los montajes, difamaciones y bulos» contra su gobierno

Iván Villar

Gijón

Miércoles, 30 de noviembre 2022, 11:29

«Este debate reviste un significado especial para mí», admitió la alcaldesa, Ana González, al inicio del debate sobre el estado del municipio celebrado esta mañana en el Ayuntamiento de Gijón. Lo apuntaba por dos motivos. El primero, porque se trataba del último ... debate de política general del mandato y por tanto obligaba a «contemplar todo su recorrido» en lo que respecta a la labor del gobierno, pero también «de quienes tienen la obligación de controlar su acción desde el acuerdo o la discrepancia, pero siempre con arreglo a unos mínimos códigos de respeto, dignidad y decoro». El segundo, porque aunque su intención era presentarse a las próximas elecciones, «mi propio partido ha preferido relegarme en beneficio de otra persona a la que considera más apropiada». En este contexto, manifestó «inquietud por el rumbo que que está tomando una vida política que parece alejarse cada vez más de su razón de ser más noble, para convertirse en la coartada de un enfrentamiento continuo e inmisericorde en el que se sustituyen el debate por la confrontación, los argumentos por las arremetidas, la convivencia por la afrenta continua».

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En el seno interno, consideró que los «cambios imprevistos» vividos en las estructuras de los partidos «no está claro que hayan sido siempre motivados por la búsqueda del bien común» y además han supuesto «pasar a un terreno resbaladizo, sustituyendo las certezas por las incertidumbres». Advirtió de que «las luchas internas y conspiraciones estériles obtienen poca o ninguna comprensión a pie de calle». En lo que se refiere al resto de partidos, lamentó que «nuestra época parezca más interesada en excavar trincheras que en tender puentes» y que «en ese afán se asuman como válidas herramientas que hace diez o veinte o treinta años hubiésemos rechazado por considerarlas indignas». Se refirió a este respecto a «los montajes, las difamaciones, los bulos y las críticas que emplean como argumento el aspecto físico, el lugar de nacimiento o la manera de expresarse». Consideró que si bien «no resulta sorprendente que incurran en estas prácticas formaciones políticas que manifiestan sin tapujos su afección hacia dictaduras felizmente superadas» sí resulta «preocupante que caigan en el mismo vicio partidos a los que cabría encuadrar en parámetros más civilizados». E indicó cómo su equipo de gobierno ha recibido acusaciones de «sectario» tanto desde «postulados arraigados fuertemente en el franquismo, el neoliberalismo o el casquismo, donde el hijo no ha terminado de matar al padre», como desde «principios que emanan de una rara mezcla entre un ecologismo no siempre bien entendido, la teoría queer y la contraposición «arriba-abajo»». Defendió que como alcaldesa «tenía detrás el respaldo de más de 46.000 gijonesas y gijoneses, bastantes más de los que respaldan hoy a sus formaciones respectivas» y añadió que «si las acusaciones de sectaria provienen del hecho de pensar como pienso y de dar cumplimiento a un programa electoral y a un acuerdo de gobierno que hemos intentado cumplir hasta la última coma, a fin de cuentas tengo que darles la razón». Puso como ejemplo las críticas a la supresión de las corridas de Begoña, -«magnificando el supuesto clamor de los defensores de la tauromaquia frente a las razones de quienes rechazan cualquier forma de maltrato animal»-, a la supresión del tráfico del Muro -«obviando el beneplácito que la mayoría dio al 'cascayu', manipulando fotos e inventándose accidentes falsos»- y a la elaboración de un reglamento de laicidad «que solo busca garantizar el derecho de todos a la libertad de culto».

En su discurso, de más de una hora de duración, Ana González remarcó los acuerdos alcanzados con patronal y sindicatos para hacer frente a la crisis iniciada a raíz de la pandemia e indicó que, pese al parón que supuso el coronavirus, durante este mandato se ha tratado de «reiniciar Gijón, transformándola y recuperando los grandes proyectos que se habían sumido en una parálisis agónica». De los de competencia estatal, mencionó la puesta en marcha de la depuradora de la zona este y el «inmediato arranque de la regasificadora» y admitió que «en el plan de vías me hubiera gustado más allá y acabar el mandato con excavadoras en los terrenos de la estación intermodal, pero ha habido un importante avance porque hemos conseguido firmar el protocolo y licitar el proyecto básico y los proyectos constructivos». En cuanto a los proyectos dependientes del Principado, celebró «el desbloqueo de compromisos muy importantes» como la ampliación del Hospital de Cabueñes, el cumplimiento de «viejas reivindicaciones ciudadanas en relación con la Atención Primaria» como los consultorios de Vega-La Camocha y Nuevo Roces, y la aprobación de una nueva ley de ZALIA que supondrá su activación.

En cuanto a grandes proyectos de competencia municipal, señaló que en Tabacalera «Llegamos con una obra paralizada y sin objetivo, y elaboramos un plan de usos y los necesarios planes de restauración, funcionalidad y museología a fin de que la obra reanudara». Cifró el futuro coste de la obra en 19 millones de euros y avanzó que el Ayuntamiento «está trabajando para presentar el proyecto a la próxima convocatoria de los fondos Feder» junto al proyecto para la construcción del nuevo pabellón deportivo de la zona oeste. Sobre el plan de barrios impulsado a principios del mandato, señaló que «se ha ejecutado o está en ejecución un 62% y otro 10% está en fase de licitación o redacción», por lo que confía cerrar el mandato «con un 70% concluido». En inversión, apuntó que «hay 37 millones de euros ejecutados y al final del mandato se habrán realizado obras por casi 40 millones». E hizo una mención específica a las obras de renovación de la calle Calderón de la Barca: «Es cierto que está suspendida por problemas económicos de la adjudicataria y eso ha dado lugar a una situación indeseada que esperamos resolver en breve. Pero esta actuación es un modelo a seguir, porque une la dignificación de una importante calle con la implantación de criterios que favorecen la accesibilidad y teniendo en cuenta aspectos medioambientales como la recogida diferenciada de aguas pluviales y residuales».

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La regidora confió en que las obras de la nueva comisaría de la Policía Local concluyan «en los primeros meses de 2023» y confió en que a los fondos europeos ya obtenidos para la reforma integral del Colegio Público de Educación Especial de Castiello y el CP Los Campos se puedan sumar más para La Escuelona, el Príncipe de Asturias y el Rey Pelayo. Con respecto a las subvenciones comunitarias, destacó el hecho de que «pagando solo un 10%, 20% o 30%» del coste total de las obras, además de en estos centros educativos «podremos mejorar el barrio de Cimavilla, actuar en La Calzada, seguir interviniendo en los patios de La Camocha, ampliar aceras, avanzar en accesibilidad y generar corredores verdes, más carriles bici y uniones entre sendas y electrificar las cocheras de EMTUSA».

Entre otras cuestiones se refirió también a los trabajos en marcha para la renovación integral del alumbrado del municipio. «Se han cambiado ya 6.406 luminarias, lo que representa un 15% del total», mencionó al tiempo que recordaba que «se trata de una actuación fundamental para conseguir un verdadero ahorro energético, de cerca del 70%, que rebajará la factura eléctrica y reducirá significativamente nuestras emisiones de dióxido de carbono». Y también a los planes de ampliación del Parque Científico y Tecnológico, «un proyecto en cuya licitación estamos trabajando y donde la compra de la Formigosa dejan claro el esfuerzo y la apuesta de futuro para que la ciudad sea un polo de innovación y de atracción de empresas» Destacó además la ampliación del parque de vivienda pública y cómo por primera vez «EMVISA realiza una nueva construcción».

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